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La nueva generación

¿Qué significa esto?

  1. Que lo alcanzado queda y lo que falta comienza
  2. Que hay un anuncio de la promesa que está teniendo lugar en estos momentos.
  3. Que las divisiones se concilian y toman el camino conjunto
  4. Que podemos unirnos y crear un nuevo modo de ver las cosas de Dios.
  5. Que cada uno de nosotros puede ser un mensajero de Dios
  6. Que podemos crear una comunidad que no necesita templos, iglesias o sinagogas
  7. Que todos somos uno en Dios cuando rompemos las barreras convencionales de la religiosidad separatista

1. Lo alcanzado queda y lo que falta comienza.

Los ejemplos que los hombres de Dios establecieron para toda la humanidad, han ido sembrando en el hombre las raíces del árbol de vida que dada la mala tierra no pudo germinar a plenitud y produjo las primeras capas de terrenos que servirían de abono fertilizante para la siembra verdadera.

Todos los tropiezos y las dificultades que las divisiones y las falsas ambiciones produjeron en el pasado, crearon reservas y protecciones que fueron como una capa vegetal de conceptos y filosofías que con sus frustraciones crearon la necesidad del nuevo fruto. Las guerras, las cruzadas y las imposiciones de los unos contra los otros, manifestaron un deseo común de nuevas alturas alejados de las viejas contiendas y desencantos. Este sentimiento de promover los derechos humanos y de separar la religión del estado, son semillas de nuevas alturas, donde la verdadera imagen de Dios se ha de proyectar. La idea de imponer un criterio sobre otro por la fuerza o por la retención de algunos valores que buscan implementarse y son reprimidos por temor a que hagan desaparecer las viejas tradiciones, son fuente de inspiración para los que tienen las alas abiertas hacia las alturas del nuevo hombre.

Las nuevas aspiraciones de libertad son un surco hacia la nueva siembra, donde la semilla del árbol de vida aguarda su seno para fructificar y producir ciento por uno. Viejos rituales que sólo sirven para dar sustento a las almas que no tienen claro el camino y necesitan de una vara en que apoyarse para erguirse y anda tomando su lecho a cuestas, son puestos en manifiesto como inservibles para hacer que el cuerpo se levante a tomar las aguas puras del nuevo manantial de vida que brota refulgente ante la mirada turbia de los que esperan y esperan mirando hacia abajo, golpeándose el pecho sin lograr que se abra para que entre la palabra de vida y borre las amarguras y las frustraciones amargas de pasados temores. El rito se esclerotiza y deja una cicatriz honda en el corazón que clama por el aceite suavizante de la palabra implantada que arroja el temor y circuncida el velo de la desesperanza para dejar que entre la luz divina y rompa las ataduras del espíritu hacia la promesa anunciada de antaño.

2. Hay un anuncio de la promesa que está teniendo lugar en estos momentos

Sin percatarse con claridad de lo que está ocurriendo, vemos como los viejos valores se van derrumbando y van surgiendo nuevos valores tomando su lugar. Algunos para perdición, otros para redención, unos para lucha, los más para escapar de los lugares hollados y pisados por los que antes anduvieron por ellos y dejaron el sudor y la sangre de las batallas espirituales perdidas; Pero, asomos de esperanza surge de los nuevos cavadores de pozos que no utilizan las viejas azadas y las palas de tierra que abren hoyos de sepultura espiritual, sino de los que se alistan las alas y buscan en las alturas por encima de todo lo que yace convulso en las sociedades, las religiones, los cultos, las filosofías agresivas y los predicados de idolatrías materiales, donde los ídolos tienen formas nuevas y desconocidas hasta ahora, pero que en el fondo son los mismos ídolos que pretenden suplantar al Dios vivo y convertirlo en un instrumento de las pequeñeces humanas para subyugar a los que no siguen esos pasos por temor a ser derrotados y puestos en descrédito.

3. Las divisiones se concilian y toman el camino conjunto

En la medida en que van cayendo los viejos valores, se va creando el terreno apropiado para la nueva generación. Primero van cayendo los sistemas sociales y las filosofías sociales parecen no resolver los problemas del hombre, ya que allanan caminos materiales, pero obstruyen senderos espirituales, colocando vallas y anuncios retractores de los valores del espíritu. Segundo, las prótesis religiosas no ofrecen curación a las imperfecciones, y mantienen al discapacitado atado a sus fórmulas y ritos repetitivos que no logran hacer que los tullidos tomen sus lechos y anden por los caminos verdaderos. Y todo eso, aunque parezca un olvido por parte de Dios, no es más que el recordatorio de Su presencia salvadora, que anuncio que el hombre debe circuncidar su corazón y vivir con el nuevo pacto:

Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice el Señor Dios: Pondré mi ley en su mente y la escribiré en su corazón; yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo. Y no enseñará más ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: "Conoce al Señor Dios, porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice el Señor Dios. Porque perdonaré la maldad de ellos y no me acordaré más de su pecado. (Jer 31:33-34)


4. Podemos unirnos y crear un nuevo modo de ver las cosas de Dios.

Dios entregó las escrituras para que cada uno de nosotros se acercara a él "directamente".
Nos dijo que subiéramos al monte de Su Santidad para recibir la ley escrita en nuestra mente y en nuestro corazón.
Nos señaló que debíamos ser un pueblo de sacerdotes y gente santa para enseñar su palabra a todas las naciones de la tierra.
Ahora, pues, si dais oído a mi voz y guardáis mi pacto, vosotros seréis mi especial tesoro sobre todos los pueblos, porque mía es toda la tierra. Vosotros me seréis un reino de sacerdotes y gente santa" (Éxodo 19:5-6)
Este sacerdocio no es un sacerdocio ritual sino uno de naturaleza espiritual, donde cada uno de nosotros, vestido con las vestiduras del Espíritu Santo que Dios nos mostró en las escrituras, podemos ofrendar la sangre espiritual de los corderos de Dios que siguen la voz del pastor supremo de las ovejas de la casa de Israel. Esta sangre que cada cordero entrega es el ejemplo que se derrama en el altar de la conducta personal que lava los errores del mundo.

5. Cada uno de nosotros puede ser un mensajero de Dios

En nuestro alrededor debemos crear una atmósfera de bondad y de comprensión para todos los que nos rodean impartiendo el ejemplo supremo y dando lo mejor de nosotros como prédica actuada.
Tratar de formar un grupo, no importa lo pequeño que éste sea, para reunirnos y comentar las cosas de Dios.
Buscar en las escrituras con un ojo amplio y no limitado por tradiciones litúrgicas y rituales estereotipadas, para intentar colectivamente alcanzar nuevas alturas de la fe y del conocimiento de las cosas de Dios.
Este intercambio de principios sirve para romper lazos y barreras, siempre y cuando no se haga con el deseo de imponer a otros las creencias propias
Esto hará crecer la semilla que nos fue otorgada por medio de los patriarcas y del ejemplo supremo del Sumo Sacerdote según el orden de Melchisedech.
Dios, como padre y creador supremo, selecciona a sus hijos y les da la visión de las cosas futuras para que las transmitan al resto de sus hermanos.
Así como Abraham, Isaac, Jacob y sus hijos, araron el terreno y abonaron la tierra con su presencia; igual que Moisés, que echó la semilla que le fue entregada en el Monte Sinaí y que luego fue abonada por los profetas con sus correcciones y señalamiento de los errores humanos, así debemos prestar nuestros cuerpos como aperos de labranza de la obra que promueve el huerto del Edén humano.
Así como Jesús, que con su ejemplo supremo, como hombre de luz seleccionado por Dios abrió el camino hacia la tierra prometida mostrando la luz del Espíritu Santo en su conducta para iluminar la senda del nuevo pacto, de igual manera podemos nosotros ofrecer el aceite de nuestro entendimiento y comprensión de las escrituras para que sea el combustible de la lámpara de siete brazos que alumbra el recinto sagrado de nuestra alma en Dios.

6. Podemos crear una comunidad que no necesita templos, iglesias o sinagogas

En nuestra casa, en la cualquiera de nuestros amigos o parientes, en nuestro centro de trabajo, donde quiera que nos reunamos, allí estará el Espíritu Santo de Dios para transmitir su presencia a los que le busquen.
Hasta que se junten todos los rebaños y se remueva la piedra de la boca del pozo. Entonces daremos de beber a las ovejas. (Génesis 29:8)
Esta piedra que cubre "el pozo de las aguas vivas", es la ignorancia del poder de Dios, que, cuando se ejercita, es capaz de mover montañas y de hacer de nuestros brazos poderosas alas para elevarnos hasta las alturas de la santidad y desde allí mostrar el camino a los que andan ciegos errando el sendero de vida, dándoles la mano y transmitiéndoles nuestro poder de las escrituras para que se eleven a su vez y sean polluelos baja las protectoras alas del Espíritu Santo.
Los templos de piedra labrada no son del agrado de Dios, su templo está en la intimidad de los hombres que circuncidan su corazón para dejar que fluya la sangre del Espíritu Santo que alimenta su cuerpo con vida espiritual.

7. Todos somos uno en Dios cuando rompemos las barreras convencionales de la religiosidad separatista

Cada uno de nosotros es un templo donde puede habitar el Espíritu Santo de Dios.
Las barreras se forman cuando pretendemos aislarnos del resto de nuestros hermanos y creer que Dios permite la injusticia y la inequidad de pensar que podemos ser salvos sin que los demás también lo sean.
Cualquier pensamiento o forma doctrinal que pretenda crear una barrera donde no ha de penetrar el error de los demás es una falacia que no tiene base ni sustento en los principios de amor de los unos a los otros.
Cuando duele una parte del cuerpo, todo el cuerpo duele y está en peligro de perecer. Todos somos un cuerpo que Dios ha creado para residir allí y obrar de acuerdo con Su Voluntad Suprema. Cuando nos reunimos y hacemos vibrar el Espíritu de Dios en aquellos que nos rodean se abren las puertas del paraíso para mostrarnos la senda que aún yace guardada por la espada revoloteadora de nuestras imperfecciones y frustraciones convertidas en reclamos egoístas donde pretendemos habitar en los terrenos del Santísimo, sin preocuparnos de los que quedan fuera a merced de la espada malévola de las doctrinas confusivas que siembran la cizaña en medio del trigo.
Somos templo de Dios, y como tal no podemos permitir que la entrada esté obstruída por pensamientos egoístas de limitaciones inhumanas.
Echemos abajo las murallas y los falsos fosos de vana seguridad que pretendemos crear con pensamientos aislantes y tratemos de unirnos en un solo cuerpo para que habite en él la presencia luminosas del Espíritu Santo.
Démonos las manos unos a otros para mostrar el camino del Altar Supremo que se halla en el corazón de cada uno de nosotros.
Por eso, ya no sois extranjeros ni forasteros, sino conciudadanos de los santos y miembros de la familia de Dios, 20. edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo. 21. En él todo el edificio, bien coordinado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor; 22. en quien vosotros también sois juntamente edificados para morada de Dios en el Espíritu. (Efesios 2:19-22)
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