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La restitución verdadera
CUANDO ALGUNO HICIERE PACER EN CAMPO O VIÑA, SOLTANDO SU BESTIA DE MODO QUE PAZCA EN CAMPO AJENO, DE LO MEJOR DE SU PROPIO CAMPO, O DE LO MEJOR DE SU PROPIA VIÑA HARÁ RESTITUCIÓN.- (Éxodo 22:5)
El pacer en campo ajeno significa permitir pensar a sus seguidores que aún son fieles a sus congregaciones aunque pierdan el contacto con sus postulados originales lanzándose a una vida de actitudes degradantes que está lejos de los predicados básicos de conducta fraternal y humana que todas ellas tienen por igual.
Cuando dice que se ha soltado en el campo ajeno a los ganados propios permitiéndoles que alimenten sus conciencias en terreno ajeno, se refiere a que esto ha traído como resultado la confusión de sus fieles, que observan en sus religiones a miembros comunales con los mismos principios amorales de conducta que tienen los también confundidos miembros de otras comunidades.
Actualmente se están desvaneciendo los viejos temores de las interpretaciones tradicionales establecidas en la idea del miedo a los castigos de Dios. En realidad a lo que hay que temer es al hombre cuando éste no sigue los dictados del Espíritu Santo de Dios.
En todas las religiones (por medio del ejemplo de sus elegidos) se ha señalado la forma de alcanzar la luz divina de la naturaleza suprema del amor que rige los linderos y las fronteras que deben existir entre los distintos grados de conciencia.
Hay que dejar que cada cual cumpla sus normas rituales, "si eso es lo que quiere", pero hay que hacer hincapié en que primeramente se cumplan las condiciones morales y éticas de todas en su esencia divina.
Bautizarse o no bautizarse, circuncidarse o no circuncidarse, orar o no orar, no ocasiona la pérdida de la condición humana.
Cada cual cuide que los fieles (su ganado) no abandonen su campo para transgredir el campo ajeno y que se vigile su mies apartando la cizaña de su cosecha. Cada fiel, corrija su propia religión mejorando la condición de sus asociados antes de preocuparse por los de las otras religiones, que también tienen sus obligaciones.
También se sigue hablando aquí de la restitución de lo mejor de su propia viña, que es el precio que hay que pagar actualmente para traer paz en la tierra a los hombres de buena voluntad. Esto significa que el daño que se ha inferido a los otros campos (peleas y guerras contra otras religiones) hay que restituirlos con ejemplos de amor y comprensión. Que cada cual siembre su campo y cuide que su ganado no dañe el campo ajeno.
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