"Todo aquello que el hombre desconoce entra en el campo de los misterios".
Cuando el hombre no entiende alguno de los fenómenos naturales piensa que se trata de "un misterio"
y le da nombres y hasta llega a formar una especie de admiración que posteriormente se convierte
en culto.
Las llamadas apariciones, las curaciones inexplicables que se consideran "milagrosas", todo tiene su
explicación cuando se trata de entender qué es lo que lo ha provocado.
No cabe duda que existen ciertos y determinados fenómenos que aún no han tenido explicación y que
hace pensar en fuerzas sobrenaturales obrando en una dimensión o ámbito, desconocido para el hombre.
Esto ha ido manifestándose en el hombre con una fuerza inexplicable, y que, paradójicamente, ha sido una de las causas de los grandes
maestros y de los hombres que dieron al mundo el legado maravilloso de la idea de Dios.
Pero, ¿Qué hay realmente detrás de todo ese andamiaje de luces y oscuridades que adornan la condición humana que
ha dado en llamarse espiritualidad?
Tanto los maestros como los idealistas que buscaron el encuentro con lo que dieron en llamar "la verdad", han logrado todos estos logros
de una manera verdaderamente prodigiosa, ya que todos alegan haber tenido visiones, de una forma u otra, pero visiones al fin, que han
dado como fruto todos los adelantos que el hombre disfruta hoy y que verdaderamente no se sabe de dónde
parten y qué fuerza los estimula para que se manifiesten.
Un estudio de estos llamados misterios solo puede conducir al descubrimiento de misterios aún mayores que los anteriores.
La ciencia se ha alimentado de estos "fenómenos", cuando al ocurrir uno de ellos, (¿¿¿"por casualidad"???) se ha descubierto algo que no se esperaba y que no se
tenía la menor idea de su existencia, solucionando grandes epidemias, enfermedades, impedimentos, etc.
Los misterios dejan de ser misterios cuando se descorre el velo de la ignorancia.
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