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"El hombre ante el nuevo milenio”
Este, recién-estrenado, milenio es una puerta abierta a empujones y patadas hacia las nuevas perspectivas del hombre.
Un nuevo mundo lleno de contrastes dolorosos
En una parte del mundo unos se mueren de sed y de hambre ante la indiferencia de otros acomodados, en tanto que por otra parte las cosas se ven bajo otra óptica más fría y calculada.
Los adelantos de la ciencia han logrado que el hombre, así como la mujer, al llegar a los sesenta años, los mismos que en el pasado fueran considerados unos ancianos, sean hoy activos hombres y mujeres de negocios, de vida agitada y llena de retos que se le presentan demandantes, como si los enfrentara un joven lleno de vitalidad.
Se levanta, va a un gimnasio, hace ejercicios, una hora por lo menos; se viste y sale a conquistar el mundo y a sus parejas con un vigor y una energía, que hace sólo cuarenta años se les consideraría como unos anormales, hoy parece ser lo normal de la existencia humana en busca del hombre futuro. El paladín vencedor de enfermedades y dolores, capaz de vencer hasta a la muerte, “clonando” su existencia en futuras generaciones.
Las nuevas drogas, las dietas, los ejercicios y toda una serie de condiciones que la vida moderna ha preparado, (entre ellos la liberalidad de los perjuicios morales y éticos) le mantienen activo y lleno de bríos, con un entusiasmo como para conquistar el mundo que siente tiene por delante. Nuevas facilidades se le presentan, dándole, cada vez más, nuevas armas para luchar contra la vejez y el cansancio, convertido en un maduro Play boy, lleno de afeites y de cirugías rejuvenecedoras, y tomando píldoras de vigor que le estimule a aventuras galantes y a conquistas en el sexo opuesto.
Y todo esto se debe a la cantidad de elementos que se presentan ante sus hambrientos ojos. Se le demanda vigor y energía como la única forma de obtener los artículos de consumo y deleites que le deslumbran, instándole a luchar desesperadamente con el fin de obtenerlos.
En medio de esta cima de anhelos y perspectivas deslumbrantes sin fin, se repite a sí mismo: “Esta parece ser, definitivamente, la razón de vivir”.
Por ello tiende a endurecerse cada vez más; no solo físicamente, sino espiritual y moralmente también. Siente que la participación de la vida que le tocó vivir no está plenamente satisfecha si no logra destacarse como vencedor de todos estos reclamos circundantes de la sociedad moderna. Esto, cuando ha logrado alcanzar el triunfo material. Su endurecimiento crece día a día como la forma de mantenerse vigente dentro de lo que aspira conquistar.
En cambio, para aquel que no ha podido tener la preparación suficiente como para obtener las ventajas que este mundo demandante que le rodea le presenta. para aquel, que naciendo en un medio de pocos recursos materiales, no puede obtener todas esas ventajas que los otros obtienen, siente con angustia que la vida ha sido injusta; que le han usurpado su posición y su participación del disfrute que, como parte “del mismo mundo al que todos pertenecen”, él no ha podido alcanzar esos beneficios que admira sin lograr poseer.
En estas condiciones se deja llevar por los elementos doctrinales que gobiernan la mente del hombre de hoy, siendo solo un instrumento de las más bajas pasiones. Odia y maldice a todo el que se ha abierto paso en lo que él ya considera las “dulces bondades de la vida”. En esas condiciones se afilia a las legiones de los insatisfechos que odian lo que no tienen.
Resultado: “Palos por que boga y palos por que no boga”.
Así, el que obtiene triunfos (que nunca logran satisfacerle) como el que no ha tenido, lo que él llama la suerte (ya que no tiene el valor de reconocer su falta de preparación para el triunfo), ambos se odian y se encuentran endurecidos.
Lucha el uno contra el otro, sin importarle las condiciones pesarosas, ni el dolor que se pueden infligir mutuamente. Viven de espaldas a la realidad de la verdadera naturaleza humana, “que no es de índole material aunque se hallen motivados por ello”, sin entender que todo cuanto ocurre no es más que el reflejo de las leyes naturales que rigen el orden armónico de la creación que le rodea, donde rige la más perfecta equidad y justicia entre todos los elementos que componen el Universo. Donde unos deben compendiar la escasez de los otros.
Protesta en la India 
En estas condiciones reina el mal humor. La falta de cortesía y bondad es la orden del día. Nadie permite que le puedan tomar ventajas en ningún aspecto. Se maldicen, se empujan duramente, llegando hasta a enfrentarse con las armas. Se crean cárceles inhumanas, se violan todos los derechos y conceptos de humanidad y misericordia, castigando, golpeando, empujando y matando a todo el que no sirve al propósito que éste persigue.
Todo, porque no han comprendido la vaciedad de sus espíritus, debido a la ausencia de VERBO en sus acciones. La oración sin VERBO no tiene sentido y se halla vacía. De igual manera el espíritu humano yace vacío cuando se halla ausente de VERBO.
Cuando el hombre no tiene sentido de eternidad e infinitud; cuando teme la pérdida de lo que él llama la vida, que no es más que una forma de existencia temporal, vive lleno de temores y de dudas que no le permiten hacer concesiones de lo que él considera lo fundamental, sus “valores materiales”.
El hombre “necesita” un altar esencial al cual dedicar sus acciones y empeños.
Este altar puede tener la forma que se le quiera dar; pero debe guardar la condición de perfecto e ideal, como para compensar sus debilidades. Puede, tal vez, ser un simple pedazo de madera a la que le da una forma cualquiera, o un suntuoso objeto de adoración al cual rodea de todo tipo de oropeles y piedras preciosas, o quizás un ideal social que parezca darle una razón de vivir siendo útil a la creación que le rodea, o a veces hasta el simple cuidado de una criatura cualquiera que le hace sentir importante espiritualmente, sea su altar devocional.
Este altar está sembrado en su conciencia, donde reposa la condición espiritual con que ha sido confeccionado, para hacerle evolucionar hacia donde el Todo perfecto necesita que él evolucione. Todas las especies de la creación viajan en ese sentido y orden.
Las nuevas teorías señalan que todo está en constante evolución y crecimiento. Las estrellas más lejanas parecen viajar más veloces cada vez, siguiendo un orden de crecimiento inexplicable hasta el presente.
Esa misma condición rige la naturaleza humana.
Es como una especie de programación infinita que trasciende su condición virtual y le impone nuevos parámetros extra-sensoriales.
Cuando su motivación no está regida por el temor a cualquier circunstancia, éste obra movido por una fuerza inefable que le mueve a hacer cosas que no haría en una condición diferente. Llega hasta a exponer la vida con verdadera entereza de carácter, como si la ofrendara en aras de una divina condición que le reclama su concurso en ese sentido.
Esta es la naturaleza que pretendemos buscar en el rincón más recóndito del alma, donde yace la idea de Dios, relegada, pero no eliminada del corazón del hombre.
"El Rincón de Dios" Ese es el nombre que hemos querido darle a este espacio de la Internet, que se halla copado por todos los sentimientos humanos que pugnan por dirigir y ordenar los designios de esta criatura a la que se ha querido llamar ponderadamente a "imagen y semejanza de Dios".
¿Tendrá algo de realidad esta aserción?
¿Existe algo que desconoce la mayoría de los hombres, que está reclamando su presencia clamorosamente?
¿Será posible encontrar los pasos que conducen a esa presencia inefable que cambia la naturaleza humana convirtiendo sus luces en tinieblas?
Ven, conoce la razón que hay en ti y que reclama Su presencia con insistencia imperceptible.
Abre los ojos de tu espíritu para que veas el camino hacia la vida que late íntimamente en tus entrañas sin que sepas por qué.
¡Adelante... !
Entra al Rincón de Dios que hay en tu corazón, la puerta está abierta.
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