Goethe nació el 28 de agosto de 1749 en Frankfurt
del Main, hijo de un funcionario del gobierno, creció en
una Alemania dominada por los prejuicios religiosos de la
reforma protestante y atrasada respecto al resto de Europa,
donde los intelectuales abogaban por el poder de la
inteligencia para descubrir las últimas verdades.
A los cuatro años de edad su abuela le regalo un teatro
de marionetas, lo que sin duda despertó en él su pasión
por la dramaturgia. Dos años más tarde, en 1755, quedo
profundamente impresionado por el terremoto de Lisboa, esta
experiencia luego lo llevo a reflexionar sobre "la
sabiduría y la clemencia de Dios que deja ala merced de tal
ruina tanto al justo como al injusto".
De 1765 a 1768 estudió Derecho en la Universidad de
Leipzig; allí empezó a interesarse por la literatura y la
pintura y conoció las obras dramáticas de sus
contemporáneos Friedrich Gottlieb Klopstock y Gotthold
Ephraim Lessing. La influencia de estos autores y su
enamoramiento de la hija de un comerciante de vinos llamada
Federica Brion, se reflejan en su poesía más temprana y en
sus primeras obras dramáticas.
Entre estas obras primerizas se encuentran una comedia en
verso de un acto, El capricho del enamorado (1767), y una
tragedia en verso, Los cómplices (1768). Goethe en
Leipzig comenzó a padecer de una curiosa enfermedad que le
hacía vomitar sangre, volvió a Frankfurt, y aconsejado por
un familiar visito a un tal doctor Metz, versado en la
medicina de Paracelso y en la tradición de rosacruz. Este
logro curarle administrándole curiosos remedios, que lo
inspiraron, durante la convalecencia, a estudiar ocultismo,
astrología, filosofía y alquimia.
El tratado de alquimia medieval llamado "Aurea
catena Homeri" pasa a ser su libro de cabecera y
comienza a esbozar sus futuros trabajos científicos sobre
las plantas y los colores. Estudia entre otros a Paracelso,
Cornelius Agrippa y Giordano Bruno.
Ante la insistencia de su padre, de 1770 a 1771 se
instala en Estrasburgo para continuar con sus estudios de
derecho. Su viejo amigo Metz le facilita el ingreso a la
comunidad de los Hernhuter, sociedad pietista basada en la
obra del alquimista Jacob Böehme y en las ideas de Spinoza.
Goethe se introdujo en el misticismo religioso,
además profundizó en los estudios de música, arte,
anatomía y química.
Goethe, después de graduarse en Derecho y volver a
Frankfurt para ejercerlo, se dedicó a escribir, comenzando
por la tragedia "Götz von Berlichingen"
(1773), obra inspirada en las de Shakespeare, es una
adaptación de la historia de un caballero alemán que se
hizo bandido en el siglo XVI;.
En Estrasburgo, Goethe hizo amistad con el
filósofo y crítico literario Johann Gottfried von Herder
que más tarde reconoció como la experiencia intelectual
más estimulante de su juventud. Por esta influencia, Goethe
se hizo un escéptico sobre la validez de los preceptos del
clasicismo francés que prevalecían indiscutidos en la
Alemania de la época, incluidos los de las tres unidades
dramáticas -lugar, tiempo y espacio- que la escuela teatral
francesa había adoptado del antiguo teatro griego. Herder
le enseñó también a apreciar las obras de Shakespeare, en
las que las unidades clásicas se sustituyen por el placer
de la expresión directa de las emociones; y a darse cuenta
del valor de la poesía popular alemana y de la arquitectura
gótica alemana como fuentes de inspiración.
Goethe inició su obra literaria bajo la influencia
de los prerrománticos del grupo Sturm und Drang (Tempestad
e Impulso), representados por Herder y Götz von
Berlichingen, movimiento cultural surgido en Alemania entre
1770 y 1790 como reacción al neoclasicismo y que preparó
el camino al romanticismo en su país y en Europa. Proclamó
la libertad del genio creador y se rebeló contra la rigidez
de la ilustración, pero su estilo evolucionó hacia un
clasicismo puro.
Entre las obras de Goethe escritas entre 1772 y
1775 están los dramas Clavijo (1774) y Stella (1775) y
muchos ensayos cortos sobre temas literarios y teológicos.
Se prometió con Lili Schönemann, hija de un rico banquero,
pero los círculos elegantes en los que ella se movía le
parecieron restrictivos para su creatividad artística.
Desde entonces su refugio fue la naturaleza, en la que se
inspirarán muchos de sus poemas líricos, como "Auf
dem See".
En 1775, Carlos Augusto, heredero del ducado de
Sajonia-Weimar, invitó a Goethe a vivir y trabajar
en Weimar, su capital, que entonces era uno de los centros
intelectuales y literarios de Alemania. Desde 1775 y hasta
su muerte, Goethe fijó aquí su residencia. Los
primeros diez años de este contacto con la corte de Weimar
fueron para él un periodo de desarrollo intelectual más
que de producción literaria.
A través de los contactos que allí realizó con Herder
y con el escritor Christoph Martin Wieland, y a través de
su amistad con Charlotte von Stein, esposa de un oficial de
la corte y mujer de gran encanto y talento, se amplió su
vida intelectual. Hacia 1780 comenzó sus estudios sobre
óptica, biología y palenteología.
La experiencia en la administración pública, que
incluyó destinos en cargos importantes del gobierno de
Weimar, así como un periodo de consejero privado, le dio a Goethe
un amplio conocimiento de los asuntos prácticos. Además
continuó sus trabajos científicos, estudiando
mineralogía, geología y osteología (el estudio de los
huesos).
Escribió poco durante los primeros diez años de su
estancia en Weimar, si se exceptúan algunos magníficos
poemas inspirados por Charlotte von Stein, entre los que se
encuentran la lírica "Canción nocturna del
caminante" y la balada "El rey de los elfos".
Es muy probable que para esta época Goethe se
iniciara en los rituales rosacruciuanos. Existen documentos
que prueban que fue iniciado en 1780 en la logia masónica
Amalia y que con el tiempo alcanzo el máximo grado; el 33.
Su obra abarca multitud de géneros, como el drama:
"Ifigenia" (1779), "Egmont"
(1787), "Torcuato Tasso" (1789); la
poesía: "Diván de Occidente y Oriente"
(1819), "Elegía de Marienbad" (1823), e
incluso el ensayo científico; en 1790, escribió Ensayo
para explicar la metamorfosis de las plantas, que
desarrollaba aún más sus ideas sobre morfología comparada
y que para algunos son antecedentes de las ideas de Darwin
sobre la evolución humana. Goethe fue el autor
también de un tratado de óptica: "Teoría de los
colores" (2 partes, 1791 y 1792).
Alcanza su mayor altura en la narrativa, con "Las
desventuras del joven Werther" (1774), "La
vocación teatral de Wilhelm Meister" (1777),
"Años de peregrinación de Wilhelm Meister"
(1821), y, sobre todo, con el poema dramático "Fausto",
publicado en dos partes (1808 y 1833).
El contacto de Goethe con el esoterismo se
canaliza a través de su obra maestra "Fausto", la
cual se inspira en el personaje legendario de Fausto
(personaje de una leyenda germánica que pacta con el
demonio para conseguir la juventud o la sabiduría) para
pintar, en un gran poema dramático, el hombre eternamente
dividido entre el bien y el mal. Este drama refleja todas
las pruebas por las que ha de pasar un iniciado. La leyenda
faustica popular era para Goethe una versión más de
la eterna aventura humana en búsqueda de su propia
identidad.
Luego de su estancia en Italia, Goethe regresó a
Weimar en 1788 y encontró oposición a sus nuevos
principios literarios y se ganó la enemistad de algunos
círculos de la corte por llevarse a vivir con él a una
joven, Christiane Vulpius, que en 1789 le dio un hijo.
Habría podido abandonar Weimar pero le retuvieron dos
razones: la dirección del Teatro Ducal, que ejerció de
1791 a 1813, y el renovado interés para seguir con los
estudios científicos, para los que en Weimar encontraba
facilidades.
Antes, en 1784, había hecho el descubrimiento, por
métodos que prefiguraban la ciencia de la morfología
comparada, de que la mandíbula humana presentaba huellas de
una estructura similar al hueso intermaxilar en otros
mamíferos.
El periodo desde 1805 hasta su muerte en Weimar, el 22 de
marzo de 1832, fue para Goethe muy productivo. En
1806 se casó con Christiane Vulpius. Los disturbios de la
Revolución Francesa y las sucesivas campañas de las
Guerras Napoleónicas no interrumpieron seriamente sus
trabajos científicos y literarios. No se opuso a la guerra
de liberación (1813-1815) llevada a cabo por los estados
germánicos contra Napoleón, pero permaneció alejado de
los esfuerzos patrióticos para unificar las distintas
partes de Alemania en una sola nación.
Goethe, hacia el final de su vida confesó a su
secretario Eckermann, que el núcleo esencial de su obra
"Fausto" está encerrado en un solo verso:
"Quien siempre aspira y se afana por superarse, a
ese le podemos salvar"(Fausto II).