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G É N E S I S V I I I
1.-Y ACORDÓSE DIOS DE
NOÉ, Y DE TODOS LOS ANIMALES, Y DE TODAS LAS BESTIAS QUE ESTABAN CON ÉL EN EL
ARCA; E HIZO DIOS PASAR UN VIENTO SOBRE LA TIERRA, Y BAJARON LAS AGUAS.-
Acordarse, simbólicamente, significa estar acorde con algo. Establecer
un nivel afín, armónico. Establecer un equilibrio entre las preguntas y las
respuestas.
Si pensamos que Dios puede acordarse u olvidarse de
las cosas, enviamos la imagen que tenemos de Él a un nivel simple por el cual
el hombre ya ha pasado.
En épocas anteriores, el hombre concebía a Dios en mil
maneras diferentes.
Lo concebía en formas que hoy resultan un tanto
infantiles, irreales y hasta fantasiosas. Pero ese era entonces el nivel
intelectual existente con relación a la idea de Dios. Dios era todo lo que el
hombre no podía entender. Todavía lo es, solo que hay múltiples cosas que el
hombre de hoy entiende que ha depurado la idea de Dios de esas incógnitas que
ya no lo son, elevándose la imagen de Dios a niveles mucho más profundos y a la
vez más comprensibles.
En aquel entonces, Dios era el fuego, o una piedra
cualquiera, o el sol, o la figura de algún animal raro.
Noé, con todos sus aciertos y errores, con todas sus
características animales que le acompañaban, estaba por encima de los niveles
filosóficos de su época. De manera similar ocurre al que actualmente se halla
fuera de la condición carnal que le rodea estableciendo un arca filosófica a su
alrededor para mantenerse a flote en un mundo que se ahoga en sus
degradaciones.
El cataclismo de conceptos que derrumbaban y ahogaban
los valores de aquella sociedad elemental, eran aún más elementales que los de
Noé.
Dios era visto o concebido a menor altura espiritual
que la que Noé había alcanzado en medio de su fe o arca de salvación.
Fácil es así, entender que a todo fenómeno, piedra,
elemento extraño etc., que el hombre no entendía le atribuía poderes y le
llamaba Dios.
Los héroes, los intelectuales, las posiciones de
poder, fácilmente ocupaban el lugar de Dios, considerándoles dioses terrenales.
Los hombres siguen estos ejemplos y los veneran como
imposibles de igualar, adorándolos.
En este respecto Noé tenía un grado superior a su
época. Solo él se mantuvo vigente cuando las aguas o conceptos renovantes
inundaron la tierra o nivel de actuaciones de aquel estado de cosas.
La palabra viento o espíritu se traducen de la misma
palabra en el Hebreo. Se interpretan simbólicamente en la misma medida
parabólica.
Este viento o espíritu es la corriente filosófica que
niveló la capacidad interpretativa del hombre.
NOTA: Siempre debemos tener en mente que esta
no es una interpretación histórica o cronológica de la Biblia. No pretendemos
explicar el curso de los acontecimientos de la evolución del hombre en el orden
material. Esta es una exposición del alma o la esencia de Dios como causa
absoluta, y el mundo como uno de sus efectos. Es el proceso de evolución del
alma del hombre, siguiendo una narración que contiene progresos en este
sentido.
Es la presentación del espíritu del hombre como una
fuerza desconocida por éste. Una compulsión imperativa y oculta en el tiempo
sin espacio infinito, ordenando todas las formas de la materia cambiante y, al
parecer caprichosa, conjugándose en un molde inexplicable. Esto ocurre ajeno a
las formas que vienen y desaparecen en lo que llamamos la vida o existencia
temporal de las formas.
El bajar de las aguas simboliza hacerse
más accesible al entendimiento humano.
Esto es, que las aguas o conceptos tomaron un nivel de
convivencia con estos grados. En otras palabras, se hicieron entendibles.
2.-Y CERRÁRONSE LAS
FUENTES DEL ABISMO, Y LAS VENTANAS DE LOS CIELOS, Y FUERON RETENIDAS LAS
LLUVIAS DEL CIELO.-
Las fuentes del abismo son lo inexplicable de los
insondables misterios de Dios.
Es la profundidad de lo desconocido. Es lo que constantemente sorprende a la
materia arrojando mandatos que alteran de una forma impredecible la rutina
diaria en su marcha cotidiana. Es cualquier situación anormal de los hechos; lo
que cambia predominantemente los acontecimientos normales y rutinarios.
Cataclismos, guerras, terremotos, plagas, etc. De
repente se produce un fenómeno que lo cambia todo y surge de nuevo la calma; no
se repite más la causa de los acontecimientos impredecibles, se cierra la
fuente del origen.
En el pensamiento humano igualmente ocurren fenómenos
interpretativos de la vida. Cambios que transforman el pensamiento del hombre,
hasta que surge una respuesta filosófica que equilibra los desajustes.
Entonces, las fuentes del abismo se cierran. El cielo ideal deja de tener
puntos débiles. Se cierran las llaves del cielo ideológico dejando de causar
inquietudes y desasosiegos.
Entonces, un patrón ideal nuevo, toma forma definitiva
y se adopta como único e infalible para continuar la marcha de la existencia
hacia nuevos rumbos.
Esto ocurrió en el nivel del alma del hombre en la
conducta Noé y sus generaciones. Fue el fin de una etapa en la conciencia
humana.
Es el momento en que el hombre, por primera vez,
siente la necesidad de reprimir su estado erróneo, eliminar el pecado, (matar a
Caín). Comenzar una nueva forma de vida. Construir su arca filosófica,
(ampararse en su fe), y con todo su bagaje flotar sobre el diluvio de
desajustes que le rodea para resurgir a una manera de ver la vida, marchando
hacia una "tierra nueva", libre de Caín. Seguir su fe en Dios como
con una brújula invisible e infalible.
Es, en el espíritu humano, el momento en que los
acontecimientos que rodean a un hombre, le señalan la necesidad de apartarse
del mundo que le rodea al ver que éste se ahoga en sus necedades.
Noé es, sin dudas, uno de los siete espíritus de que
habla la Biblia que componen los siete brazos del candelabro del templo.
3.- Y VOLVIERON LAS
AGUAS DE SOBRE LA TIERRA, RETIRÁNDOSE DE CONTINUO; Y FUERON DISMINUIDAS LAS
AGUAS AL FIN DE LOS CIENTO CINCUENTA DÍAS.-
Todos los conceptos renovantes que invadieron ese
nivel tierra que señala Noé, formaron una nueva tierra espiritualmente, un
nuevo ideal tierra; una nueva forma de ver la vida.
Los grados inferiores fueron eliminados. Perdieron
vigencia los viejos conceptos.
Una nueva condición, depurada, surge de este diluvio
de conceptos.
Nuevas explicaciones renovantes de la actitud del
hombre se manifestaron que tuvo una duración incalculable en la medida de
tiempo humana. Los días en la Biblia, repetimos, son etapas de duración de acuerdo con los grados y niveles que se
manifiestan dentro de cada etapa evolutiva.
Ciento cincuenta días.
Podemos tomar estos números y analizarlos simbólicamente
dentro de la numerología a manera de guía, pero no como una norma a seguir en
todos los casos.
Por ejemplo:
El UNO
establece la identidad de Dios. Todo número que contiene el UNO, simbólicamente
lleva envuelto el principio de unidad y amor.
El UNO es la armonía ideal de las cosas. Donde todo es
indivisible y tiene como principio la unidad.
El CINCO,
representa la conducta, la vigencia de las cosas, la posibilidad de tener vida,
de manifestarse.
En el concierto de la creación, que es la base de la
numerología, en el quinto día se creó toda forma viviente, se le dio vigencia a
lo inerte. Se estableció la conducta de lo creado. Esto es lo que sirve de base
en este estudio para nuestras interpretaciones numerológicas que no han sido
tomadas de ningún tratado establecido hasta el momento. Si existen alguna
similitudes con interpretaciones establecidas por otros interpretes, es pura
coincidencia y no es nuestro propósito apropiárnoslas, así como tampoco
combatir las discrepancias que puedan haber.
El CERO:
establece los misterios de lo desconocido, los velos, lo invisible de Dios.
Como lo invisible de Dios es su potencia y es la base
de nuestra fe, el CERO es también símbolo de fe y obediencia, así como de
reverencia a lo desconocido de Dios.
De esta forma, todo el número de días (etapas) en que
transcurre este proceso, se interpreta como niveles de unidad y de vigencia que
provienen del misterio de tras el velo de la fe.
Todo el proceso de predicación de estos conceptos en
el mundo, de manera que llegue al corazón del hombre por medio de la
multiplicación, tendrá un período prolongado de conocimiento de las cosas de
Dios. Esto es el establecimiento de nuevas vigencias después de las grandes
decepciones y errores que sufre el hombre por las cosas desconocidas de la
presencia de Dios en Todo.
¿Ciento cincuenta días? ¿Ciento cincuenta mil? ¿Ciento
cincuenta millones?.
El proceso está aún en marcha. Noé es solo un símbolo.
El alma del hombre es lo real del proceso y está vigente hasta el final de todo
el proceso creativo de Dios.
Noé sigue vivo en el corazón de los interpretes listos
a edificar su arca de fe en este mundo convulso regido por Dios y sus misterios
que serán develados a su tiempo en la medida necesaria para Su creación.
4.- Y POSÓ EL ARCA EN EL
MES SÉPTIMO, A LOS DIEZ Y SIETE DÍAS DEL MES, SOBRE LAS MONTAÑAS DE ARARAT.-
Esa filosofía y forma de ver la vida que Noé sustenta
permanece suspendida en lo alto. Se mantiene a flote durante los tremendos
cambios que se originan a su alrededor. Queda, al final de la depuración que
ocurre, sobre un nivel más elevado que el que le rodea y que es eliminado.
NOTA: Presentamos estos hechos como en
presente, ya que estos elementos o potestades espirituales están actualmente
obrando en suspensión esencial sobre el hombre que aún sustenta este grado,
manteniéndose vigente hasta que todo el hombre rebase ese nivel.
Las montañas de Ararat, simbolizan la altura
espiritual que se alcanza en el momento en que se comprende la necesidad de un
cambio de actitud al ver la degradación que rodea le medio en que uno se
encuentra.
Son la comparación del monte Sinaí cuando se produjo
la segunda depuración o intento de matar a Caín por medio de la conducta
representada por Moisés, que también fue sacado de las aguas.
Siempre veremos los montes como cercanías a Dios. Son
como el punto más elevado del nivel común general, Sinaí, Carmel, Sión, etc.
El séptimo mes simboliza el final de una etapa de
perfección. La completación de un ciclo, su momento de reposo.
Noé era el reposo de esa etapa. Su nombre lo indica
así.
Al finalizar la etapa de Noé, éste queda en el nivel
más elevado de su tiempo.
Todos los números de estos pasajes indican que hubo
una resolución perfecta y completa en este instante.
UNO: Dios. SIETE: Perfección.
Nunca hay un
número que no coincida con la interpretación simbólica del momento que
representa.
Cada vez que
aparece un número, esto sirve para reafirmar que, simbólicamente los signos
coinciden.
Repetimos una vez más: NO debemos usar la numerología
para adivinaciones ni conjuraciones que
pueden parecer mágicas. Es bueno notar que nunca aparece un número que pudiera
parecer caprichoso o fuera de lugar como para no encajar con la situación a que
dicho número pertenece.
5.- Y LAS AGUAS
SIGUIERON DISMINUYENDO HASTA EL MES DÉCIMO. EN EL DÉCIMO, EN EL PRIMER DÍA DEL
MES, FUERON VISTAS LAS CUMBRES DE LAS MONTAÑAS.-
Este es un momento muy importante. Es el inicio de una
etapa donde se ha borrado todo lo que constituía la imagen de Caín.
Toda actuación errada hasta ese momento, queda sin
valor.
Una nueva etapa se presenta en Noé.
En el décimo mes comienza a verse las cumbres de las
montañas.
El diez es un número de plena acción y gran
importancia.
En él se encierra la idea de Dios y la fe en sus
grandes misterios.
Lo componen el UNO,
que simboliza a Dios y el CERO que
señala las incógnitas o velos de la fe en lo invisible que se sustenta
gráficamente en ese número que de por sí no vale nada, pero que eleva o
disminuye todo lo que precede o antecede.
El cero implica cambios y manifestaciones en ascenso o
descenso.
Siempre está manifiesto en los múltiplos, cobrando su
mayor expresión bíblica en los diez mandamientos.
En los diez mandamientos se presenta el próximo cambio
de trascendencia verdaderamente notable. Ahí, está el hombre que ha rebasado el
nivel Noé atravesando su segundo día de los tres correspondientes para la
resurrección del espíritu del hombre. Ese será el gran paso para la muerte de
bestia primera.
Pero bueno, analizaremos ese gran evento a su tiempo
si así Dios lo permite.
6.- Y SUCEDIÓ QUE AL
CABO DE CUARENTA DÍAS ABRIÓ NOÉ LA VENTANA QUE HABÍA HECHO EN EL ARCA.-
Termina la cuarentena, Este es el fin de una etapa de
depuración.
Dijimos que el cuarenta es el término simbólico para
finalizar una etapa de depuración, es la recuperación de una dolencia que
aqueja el cuerpo espiritual.
Esto lo hemos podido ver en diversos pasajes y lo
seguiremos viendo constantemente en la interpretación simbólica que hemos
emprendido.
Aquí se establece el contacto con la
nueva tierra.
La ventana simboliza la inspiración. El contacto con
lo externo de la forma. La comunicación entre la causa y el efecto. Es la
relación entre la idea y la acción.
Cada vez que entra un nuevo descubrimiento en el mundo
conocido, se abre una ventana hacia una nueva dimensión.
Es el contacto con nuevas formas de ver la vida, que a
su vez nos otorgará formas más avanzadas que se encadenan con el infinito
desconocido.
La puerta simboliza un contacto directo de entrada y
salida de un estado de cosas. En cambio la ventana representa un estado de
aprendizaje "indirecto" primario; es solo un vislumbre de los nuevos
grados que hay que alcanzar.
Así, pues, esta es la mirada o percepción de la luz o
conciencia de un nuevo cielo, una nueva tierra.
No es la entrada o salida directa. Es simplemente la
percepción del nuevo estado de cosas futuras.
7.- ENVIÓ UN CUERVO, EL
CUAL SIGUIÓ YENDO Y VOLVIENDO HASTA QUE SE SECARON LAS AGUAS DE SOBRE LA
TIERRA.-
El primer contacto externo hacia lo desconocido es con
desconfianza. La inclinación primaria del hombre es con temor a lo desconocido.
Primero debe expresarse el temor, (la ley). Después
vendrá el amor, (la gracia).
El cuervo simboliza la ley, es un animal impuro.
La paloma simboliza el amor a la luz, es un animal
limpio, "puro".
Esto lo hemos podido observar por la asociación
interpretativa de los acontecimientos bíblicos.
La paloma anunció la calma, el reposo de las aguas,
trayendo una rama de oliva en el pico,
(símbolo de la luz del aceite de oliva en las lamparas del templo).
Los cuervos alimentaron a Elías con carne. (I R 17:6).
De manera que la primera reacción de Noé estaba
inclinada hacia la carne, simbolizada en el cuervo.
8.- ENVIÓ TAMBIÉN DE SÍ
UNA PALOMA, PARA VER SI SE HABÍAN RETIRADO LAS AGUAS DE SOBRE LA FAZ DE LA
TIERRA.-
La paloma es el ideal del hombre en su tendencia hacia
Dios.
La veremos más tarde como uno de los símbolos de
purificación.
Será uno de los elementos de ofrenda a Dios en el
altar de los sacrificios de animales limpios.
El envío de la paloma simboliza la esperanza de vencer
la naturaleza humana de su inclinación hacia el error.
Al darla sobre el altar para purificación de los
pecados en Levíticos, destaca la fe como el único elemento de depuración
verdadero.
Esto significa que sin fe no hay obra.
El temor paraliza el encuentro con lo nuevo; se pierde
sin mostrar resultados positivos.
La fe, en cambio, manifiesta una nueva ruta de
promesas desconocidas.
El cuervo representará el temor, lo impuro. La paloma
simbolizará la fe, lo puro (Kosher).
9.- MAS NO HALLÓ LA
PALOMA DESCANSO PARA LA PLANTA DE SU PIE Y VOLVIÓ A ÉL AL ARCA, PORQUE LAS
AGUAS CUBRÍAN LA FAZ DE TODA LA TIERRA; NOÉ, PUES, ALARGÓ LA MANO Y TOMÁNDOLA,
LA METIÓ CONSIGO EN EL ARCA.-
Las condiciones no eran aún propicias. El estado ideal
no tenía donde asentar sus bases fuera de Noé. Todavía no se había depurado
suficientemente el estado del hombre para el establecimiento de las nuevas
condiciones ideales.
Noé alargó su posibilidad de actuación para permanecer
dentro de los límites de vigencia que el arca establece simbólicamente.
Este simbolismo del arca tiene como principio asentar
que las perspectivas del hombre tienen la ayuda de Dios como muestra de lo
perfecto, solo si se permanece dentro de los reclamos de la fe, (el arca).
Esto le impulsa alcanzar la altura espiritual que se
le tiene asignada y que aún no era propicia.
Todos los elementos de la creación están encaminados a
ese fin.
Esto es la eliminación de lo negativo como imperfecto
y mostrando lo positivo o favorable como lo perfecto a alcanzar.
Siglo tras siglo los valores humanos van aumentando
con las nuevas experiencias, descartando lo estéril y manteniendo lo fértil
como propicio para el crecimiento.
Este proceso tiene la duración de los días de Dios que
no tienen medida.
Van de la sombra a la luz con duración inmensurable.
La tarde es el comienzo de una etapa de sombras.
Es cuando el hombre entra a probar nuevos senderos.
Abandona los viejos preceptos que no resultaron estables y seguros. Se interna
en la noche de las frustraciones y los nuevos sueños y pesadillas. Espera la
mañana de un nuevo día con las nuevas esperanzas de redención. Estas etapas,
que son un día para Dios, duran a veces miles de años del hombre.
En siete días
creó Dios el Universo. ¿En siete días de hombre, o en siete días de
Dios? De ser en días de Dios, ¿Cuantos millones de años representaría esto en
la medida de los días del hombre.
Esto permanece aún en la incógnita. Pero si lo
interpretamos simbólicamente de acuerdo con los predicados bíblicos, entendemos
que un día para Dios es como miles o millones de años para el hombre.
¿Entendible? Con esta interpretación ni apoyamos ni negamos las dos teorías. La
eclesiástica de siete días (medida de hombre), ni la simbólica (medida de
Dios), simplemente las ignoramos.
De esta forma las controversias que se susciten serán
de índole espiritual y no de naturaleza material que en nada edifica los
valores del espíritu.
10.- Y AGUARDÓ TODAVÍA
OTROS SIETE DÍAS, Y VOLVIÓ A ENVIAR LA PALOMA DEL ARCA.-
Después de esto tiene que transcurrir una etapa de
perfeccionamiento (siete días) en las mismas circunstancias.
Es necesario que entre etapa y etapa, se manifieste un
período de adaptaciones a los nuevos elementos antes de emprender una nueva
forma de hacer las cosas.
Vemos que cuando el hombre determina abandonar una
serie de costumbres que han sido parte de su conducta normal, y quiere
dedicarse a otra actividad o forma de conducta, tiene que pasar por un proceso
de adaptación de las nuevas normas antes de decidirse plenamente a entregarse a
este nuevo propósito.
Noé sigue en las mismas condiciones que anteriormente
tenía durante las etapas depurantes del diluvio, mostrándonos con ello la
incertidumbre del hombre en este nivel espiritual que vemos representado por
Noé como arquetipo humano de ese nivel espiritual.
Entonces la fe hace nuevas incursiones hacia lo
desconocido de lo ideal.
No es hasta que se tiene la certeza de que lo
emprendido ha llegado a su punto de perfección que se decide cambiar hacia una
nueva forma de proceder.
El nuevo envío de la paloma representa la confianza en
la fe que se sostiene.
11.-Y LA PALOMA VOLVIÓ A
ÉL A LA HORA DE LA TARDE, Y HE AQUÍ QUE TRAÍA UNA HOJA FRESCA DE OLIVO EN EL
PICO.- ASÍ ENTENDIÓ NOÉ QUE SE HABÍAN RETIRADO LAS AGUAS DE SOBRE LA TIERRA.-
En el comienzo de cada nueva etapa siempre surge el
primer indicio de que la luz está disponible aguardando a ser manifestada.
Este simbolismo es muy importante.
El olivo es la fuente de donde procede el aceite que
sirve para mantener encendidas las lámparas del templo.
La asociación del olivo con la luz es bien obvia.
En infinidad de pasajes se hace alusión a este
simbolismo.
La rama de olivo en el pico de la paloma abre una
nueva etapa de luz.
El nuevo conocimiento, las nuevas esperanzas y experiencias
están listas para ser manifestadas.
La paloma, símbolo del Espíritu Santo que desciende de
las alturas para impartir su luz se evidencia en esta rama de oliva que muestra
la esperanza de habitar en Edén o tierra prometida por Dios para la generación
de Noé y su descendencia.
12.- Y AGUARDÓ TODAVÍA
OTROS SIETE DÍAS, Y ENVIÓ LA PALOMA, LA CUAL NO VOLVIÓ MÁS A ÉL.-
En la siguiente etapa de depuración, señalada por los
siete días, las incursiones del ideal se detienen a meditar la medida de la fe
alcanzada.
Ha llegado el punto donde ha de comenzar las
confrontaciones con el nuevo medio.
Esto quiere decir que hay un punto donde la fuerza del
ideal pierde el vuelo. Tiene que enfrentarse a la realidad, o mejor dicho a lo
cotidiano, ya que la realidad no compete a lo finito.
Éste es el estado presente de las cosas de acuerdo con
el nivel sustentado.
Hay que volver a tener presente la diferencia
existente entre el tiempo de acuerdo con su duración, visto por el hombre, así
como de acuerdo con su duración fuera de éste, en medida de Dios.
El tiempo del hombre está enmarcado en su edad
material. En cambio, el tiempo de Dios podemos considerarlo enmarcado en la
necesidad evolutiva de cada etapa.
Cuando se piensa actualmente en los sucesos bíblicos
de acuerdo con la medida del tiempo que tiene el hombre, esto es, desde la
salida hasta la puesta del sol, todos estos pasajes pierden su fuerza
simbólica. Entonces estas historias solo sirven de motivo de disputa entre historiadores, religiosos, filósofos y
científicos.
Por esto, siempre debemos tomar las medidas de tiempo
como períodos de duración relativa con el proceso de la creación de Dios
desarrollándose.
Por ejemplo: Si decimos que Noé nació en un año
determinado y murió en otro también definido, estamos analizando a Noé solo
desde su punto de vista histórico. Estaremos discutiendo la certeza de su edad
materialmente. Pero si tomamos a Noé como una figura representativa de una de
las características del espíritu del hombre, tendremos que Noé nace en el momento
en que el hombre (antes, ahora o después de este tiempo material), encuentra en
su conducta la necesidad de la eliminación de su forma de manifestarse en su
existencia. Esto, en términos religiosos podemos llamarlo
"conversión", o arrepentimiento del pecado. Entonces, el hombre que
tiene las mismas condiciones espirituales que Noé en su forma de conducta
presiente que se ahoga en el mundo asfixiante que le rodea, podemos decir que
tiene en sí el espíritu de Noé en su formación espiritual. Ha llegado a la altura
del hombre en que se encontraba Noé en estos pasajes. Antes de ese momento se
hallaba conviviendo con Caín sin problemas espirituales.
El cuerpo material de Noé, si así lo queremos aceptar,
yace muerto por miles de años, y hasta podemos llegar a dudar de que en
realidad existiera si así lo queremos ya que no existe evidencia física de
estos hechos que puedan demostrarlo científicamente para que el hombre lo
acepte como tal; pero su ejemplo, tomado de la Biblia, sus ejemplos en los
cambios de la vida del ser humano, está bien visible en los millones de seres
que han sido motivados por éste durante el devenir de todos estos siglos en que
se ha estado escudriñando su ejemplo y
aplicándolo, grado a grado, en la evolución de la conciencia humana.
Noé está vivo en todo el que lo copia y lo pone a
funcionar en aquellos a los que se transmite estos pasajes por medio de la
predicación y del ejemplo de fe derivado de ellos.
Cada ser humano no es mas que un receptáculo, un vaso
de actuación, como dice la Biblia, donde se depositan los ejemplos que le
rodean, y a los que tiene acceso en el transcurso de su existencia, copiando lo
que ve a su alrededor y haciéndolo parte de su espíritu. Solo mantiene vivo,
(en el tiempo de Dios), estos ejemplos de conducta que él, a su vez, transmite
a los que quieren seguirle.
(Ecl 1:9) Aquello que ha
sido, es lo que será; y lo que se ha hecho es lo que se volverá a hacer; pues
no hay ninguna cosa nueva debajo del sol.
Y en este "muestrario",
como podemos llamar a la Biblia, tenemos "la
muestra" de los hombres que han buscado el camino de Dios de la forma
más ardiente, devota, sacrificada, dedicada, entregada etc. que podemos
imaginar. En ella se nos muestra los aciertos y los errores; el camino más
fácil para alcanzar el nivel más alto que se conoce hasta el día de hoy de la
conciencia humana manifestada en el sentido del amor.
Cada uno de ellos sigue estando vivos al ser
representados en el hombre de hoy.
Comparándonos con estas "muestras", podemos
darnos cuenta a que altura de la condición que Dios señaló para el hombre nos
encontramos. Podremos saber a que distancia y altura nos encontramos para
alcanzar el nivel que Dios tiene reservado para el hombre en la tierra
prometida, en Jerusalén la de arriba, a la diestra de Dios.-
13.- Y SUCEDIÓ QUE EN EL
AÑO SEISCIENTOS Y UNO DE NOÉ, EN EL MES PRIMERO, AL PRIMERO DEL MES, SE HABÍAN
SECADO LAS AGUAS DE SOBRE LA TIERRA.- Y QUITANDO NOÉ LA CUBIERTA DEL ARCA,
MIRÓ, Y HE AQUÍ QUE ESTABA SECA LA HAZ DE LA TIERRA.-
La conducta Noé permanece encerrada en su continencia
hasta el sexto grado de su formación espiritual. De esta forma evita ser
envuelto en la depuración ideológica que simboliza el diluvio.
Esto quiere
decir que el mantenimiento de la fe tiene que ser salvaguardado con la continencia
pertinente; haciendo resistencia a las tentaciones que se presentan
constantemente y que pueden terminar por arrastrar al que busca alcanzar
niveles más elevados dentro de la vorágine devastadora, (representada por el
diluvio), que degrada todo aquello que no eleva su condición de manera que
pueda resistir las presiones del medio.
Ya hemos señalado que el número de perfección es el
siete, y que el seis señala al hombre que no ha logrado alcanzar esa altura que
el siete señala.
En este nivel de
imperfección, ya que se encuentra señalado por el seiscientos, número múltiplo
del seis; vuelve a mirar, (símbolo de tomar conciencia o conocimiento de las
cosas), para enjuiciar el nivel tierra.
Esta se
encuentra ya seca. No tiene conceptos renovantes que puedan eliminar todo
cuanto se enfrente a sus corrientes ideológicas. Al no tener aguas, se señala
que no hay conceptos diferentes a los que manifiesta el que pueda mirar o
prevalecer ante ellos.
Entonces elimina
la cubierta. Su protección continente, sus abstinencias dejan de ser
practicadas para incorporarse al medio que se presenta ante sí.
14.- Y EN EL MES SEGUNDO, A LOS VEINTE Y
SIETE DÍAS DEL MES, ESTABA YA SECA LA TIERRA.-
Después del
primer paso de reconocimiento, se pasa a la segunda fase de actuaciones derivadas.
Después de tener
perfectamente definida la separación de la conducta humana de niveles
inferiores, ya no existe diferencia de los grados menores que le afecten.
El DOS,
significa división.
El SIETE significa
perfección o más bien plenitud.
Este es el punto de definición de las dos
características del hombre; señalado por el dos, y a la vez es la posición
correcta de acuerdo con el grado Noé después de atravesar por los niveles
depurativos del arca o continencia por fe.
Todas las condiciones de la nueva tierra están
definidas.
Aquí comienza la separación del hombre carnal del
espiritual.
Es el momento en que el hombre, como individuo, decide
su condición fundamental.
El veinte y siete tiene tres niveles encerrados en sí.
Primero la división de las condiciones humanas
señaladas por el dos que anuncia la
división de la conciencia de los dos espíritus que conformarán al hombre que
busca la tierra prometida. (Esto lo veremos posteriormente, al mostrarse Cam
como émulo de Caín en su indiferencia ante la desnudez del padre).
Segundo el nivel de perfección que tiene esta
conducta, señalado por el siete "en
su generación" Noé, varón justo
era perfecto en sus generaciones: Con Dios caminó Noé. (Gen 6:9).
Y por último, la suma de los dos, nueve, simboliza el nacimiento de la nueva criatura derivada de
este suceso.
15.- Y HABLÓ DIOS A NOÉ
DICIENDO:
Ésta es una manifestación en el hombre del máximo
exponente de lo perfecto.
Éste es el conocimiento de la porción del hombre, no
conocida aún pero existente dentro del núcleo de lo perfecto por devenir.
El VERBO está en Dios, no se ha hecho
carne aún.
Esta RAÍZ de todo VERBO
proyecta un comando que se ha de manifestar a través del instrumento Noé.
Corroboramos que nada es nuevo; nada se crea, solo se descubre ya que todo es
infinito existiendo como Dios antes de conocerse en el mundo manifestado en las
formas.
Solo ocurren movimientos de estas formas
representativas del fondo verdadero que las mueve.
El mundo, tal como lo conoce el hombre no perfecto
aún, es solo un reflejo del fondo, proyectado como imagen alegórica dentro de
la forma cambiante.
Esta forma es la que capta el hombre por medio de sus
sentidos limitados, de lo que se desprende que lo que el ser humano ve, no es
lo real, sino lo reflejado de ello.
Todas las formas sensoriales al alcance del hombre en
tránsito solo muestran una sección del mundo cambiante.
Pero, todo lo desconocido por venir o acontecer, que
no esta presente en esos momentos, está manifestado a cabalidad en el caudal de
VERBO no contactado aún. Esto irá
reflejándose, paso a paso, en su momento específico.
El futuro y el pasado, así como el presente, existen
por igual al mismo tiempo y todos son partes vital de lo ABSOLUTO; imponiendo
sus formas a través del tiempo de Dios, por medio de las experiencias pasadas, con miras a las necesidades futuras,
y por medio del presente ilusorio.
El llamado futuro, (que no es tal en estas condiciones
infinitas), va entregando nuevos comandos a través de un instrumento ideal
preseleccionado.
Éste reflejará las condiciones precisas para
manifestar el cambio,
Este punto de recepción de un comando del VERBO no contactado, "extra-mundo", lo podemos
interpretar como: "Y HABLÓ DIOS
A…." cualquiera de los instrumentos idóneos utilizados para ese fin.
Este instrumento, en términos bíblicos, será un varón
justo y perfecto ante Dios.
Ese será el momento perfecto para recibir un comando
ideal del núcleo central de LO ABSOLUTO.
Lo único que "ES", ya nada
más es. El "YO SOY". El
nombre encerrado en las cuatro letras hebreas cuya pronunciación se ha perdido.
YHVH… traducido como Yhavé, o Jehová.
16.- SAL DEL ARCA TÚ, Y TU MUJER, Y TUS
HIJOS, Y LAS MUJERES DE TUS HIJOS CONTIGO.-
Llegó el tiempo
de efectuar el cambio. Hay que abandonar la manera de vivir limitada que el arca
representa como continencia total del mundo para emprender un nuevo camino
enfrentándose a todos los elementos y sus presiones como una forma de poner a
prueba la fortaleza de resistencia que se ha alcanzado por medio de las
experiencias pasadas.
Todo lo que compone el nivel de conducta Noé, con sus leyes, sus costumbres
etc., van a enfrentar un nuevo nivel ideológico con nuevos y más exigentes
reclamos.
17.- Y TODOS LOS
ANIMALES DE TODA CARNE QUE ESTÁN CONTIGO, DE AVES, DE BESTIAS Y DE TODO REPTIL
QUE SE ARRASTRA SOBRE LA TIERRA, HARÁS SALIR CONTIGO, PARA QUE SE REPRODUZCAN
ABUNDANTEMENTE EN LA TIERRA Y SEAN FECUNDOS Y SE MULTIPLIQUEN SOBRE LA TIERRA.-
Todas las características que formaban a Noé salieron
a enfrentarse con el nuevo estado que les esperaba. La nueva forma de ver la
vida. La nueva tierra sin la presencia de Caín.
Un nuevo camino se abría ante él y su formación que lo
llevaron ante este punto.
De esta nueva influencia se formaría el carácter del
hombre con facultad de razonar.
Noé simboliza el inicio del uso de la razón en el
hombre.
Es el primer intento por eliminar el instinto puro,
simbolizado por Caín.
Pero esto no cambia su condición animal aún, ya que la
razón es parte de la condición animal cuando está dirigida hacia la conservación
del cuerpo y a la obtención de placeres para disfrute del mismo.
Por eso en el arca, simbólicamente, había de todos los
animales; o sea de todas las características de conducta de naturaleza animal.
18.- DE MANERA QUE SALIÓ
NOÉ, Y CON ÉL SUS HIJOS Y SU MUJER Y LAS MUJERES DE SUS HIJOS.-
Esta es la manera en que se manifestó el descanso o
perfección de la nueva etapa, como señala el nombre de Noé que significa
descanso.
Con él todas las
variantes ideológicas que surgirán de él, (sus hijos) y sus leyes y
costumbres (su mujer) así como las leyes y costumbres que surgirían de los
conceptos que él engendrara, (las mujeres de sus hijos). En fin, todo lo que
representa los ideales y la conducta Noé, que son la base del nuevo ser que se
va a ejemplarizar ahora.
NOTA: Repetimos una vez más para no olvidarlo
que esto no representa la identificación material del hombre; esto representa
el hombre que surge de la primera forma de fe.
El carácter espiritual del hombre y sus aspiraciones
toman un nuevo elemento como base de elevación espiritual.
Este nuevo elemento es el que separa al hombre de su
naturaleza totalmente animal elevándolo a la categoría espiritual del alma.
Esto, con relación a nuestro tiempo y espacio,
significa que actualmente existe el hombre con niveles similares al de Noé y
que tiene vigencia todavía dentro de esta época y seguirá en el futuro hasta
tanto sea rebasado ese nivel en su totalidad por todo el cuerpo que conforma el
hombre en la dimensión de las formas.
Solo dejarán de manifestarse el hombre "NOÉ", después de encontrar
un elemento de fe superior al que éste representa.
Cuando esta fe toma cuerpo en el individuo se produce
el diluvio de conceptos de este nuevo ideal que arrasará con el viejo hombre "Caín" que vive en él.
Es el momento en que se refugia en el arca filosófica
de su fe en Dios, de acuerdo a como él lo concibe, para intentar sobrevivir
sobre el nivel ahogante del mundo que le rodea.
19.- SALIÓ TAMBIÉN DEL
ARCA TODO ANIMAL, TODO REPTIL Y TODA AVE, TODO LO QUE SE MUEVE SOBRE LA TIERRA.
No quedó nada de la característica espiritual Noé que
pierda vigencia. Aún sus características animales perduran en compañía de. Los conceptos derivados de él, sus mujeres y
las mujeres de sus hijos guardan su vigencia para los nuevos niveles que
representa ahora Noé simbólicamente.
Esto es lo que ocurre cuando el hombre se enfrenta a
la falsedad de los valores del mundo que le rodea.
Podemos comparar la lectura de la Biblia con ese
diluvio de conceptos que ejercen una fuerza renovante de la manera de ver el
mundo y sus cosas.
La Biblia, hasta donde su interpretación lo lleve,
será para quien la lea, como el arca que lo mantendrá a flote en los mares
tormentosos de la vida.
Entonces se abrirá una nueva puerta hacia un nuevo
cielo más claro, y una nueva tierra menos amenazante.
20.- ENTONCES EDIFICÓ NOÉ UN ALTAR AL
SEÑOR DIOS, Y TOMÓ DE TODO ANIMAL LIMPIO, Y DE TODA AVE LIMPIA, Y OFRECIÓ
HOLOCAUSTOS SOBRE EL ALTAR.-
El altar simboliza la dedicación a algo ideal a lo que
se considera lo supremo.
La ofrenda es el esfuerzo que se dedica a obtener lo
que se anhela.
Todo aquello que simboliza la aspiración de alcanzar
algo es considerado el altar espiritual de la conciencia. | | |