Génesis 22 - El rincón de Dios - rincon de dios, Espíritu Santo, rincón de filosofías del alma, rincón de amor y unidad

1.- Y ACONTECIÓ DESPUÉS DE ESTAS COSAS, QUE PROBÓ DIOS A ABRAHAM Y LE DIJO: ¡ABRAHAM! Y ÉL RESPONDIÓ: HEME AQUÍ.-

La prueba es el momento en que se establece la condición de firmeza ante fuerzas opuestas al rumbo normal de los sucesos favorables.
Es la confrontación determinante que establece el grado de soporte y la decisión ante las adversidades. Es el factor que define la condición real de lo probado como firme y apto para el propósito.
Dios produce las situaciones de prueba, así como el medio depuratorio que pone de manifiesto las superfluidades, depurándolas y mostrando su inutilidad ante los momentos difíciles. Saca a relucir los verdaderos valores que hacen frente a la prueba, Caen los falsos soportes y se hacen más fuerte los cimientos y la base, si es que se resiste la prueba.
La prueba de Abraham quedó determinada. Él se manifestó apto para la misma. En el momento que Dios hizo su llamado, respondió: Heme aquí. Este, "Heme aquí" establece la dedicación plena, sin condiciones, a una actuación que se presenta.
Establece a la vez que no rehuye el encuentro, que se le hace frente a las circunstancias sin saber de antemano los resultados; movido solo por la voluntad de comparecer ante lo que se estima imprescindible.

2.- Y DIJO: TOMA A TU HIJO, A ISAAC, TU HIJO ÚNICO, A QUIEN AMAS, Y VETE A TU TIERRA DE MORIA, Y OFRÉCELE ALLÍ EN HOLOCAUSTO, SOBRE UNO DE LOS MONTES QUE YO TE DIRÉ.-

La prueba iba a exigir de Abraham el sacrificio de su tesoro más preciado. Después de perdida la esperanza de continuar la raíz santa en su unión con Sara, la esterilidad de ella quedó rota por la descendencia que Dios le había concedido.
Al final de su etapa se consumó lo que tanto había anhelado. Isaac, el nuevo concepto, significaba la salvación de su continuidad. Y ahora esta oportunidad de continuidad debía ser eliminada, rompiendo su individualidad su seguridad, para ofrecerla como ejemplo de pertenencia o dedicación vocacional (holocausto) a su ideal.
El monte Moría es el lugar en que posteriormente se construyó el templo. Este monte simboliza la condición ineludible para alcanzar el encuentro con Dios.
Allí David alcanzó su momento de redención al ofrecerse a cambio de los pecados de su pueblo.

"Cuando David vio al ángel que hería al pueblo, habló al Señor Dios y dijo: He aquí que yo he pecado, y yo he obrado perversamente, mas, estas ovejas ¿Qué han hecho? Yo te ruego que sea tu mano contra mí y contra la casa de mi padre". (I Re 24:17)

Allí comenzó David su era para la construcción del templo. (I Re 24:21)
No aceptó la dádiva que así era ofrecido a él, sino que pagó la prueba de su fe.
El monte Moría simboliza la altura espiritual en se obtiene verdaderamente el encuentro con Dios cuando se ha pasado por las pruebas sin rehuir responsabilidades.
Es el momento de la decisión más importante cuando se presenta la petición de los más preciado que debe ser entregado a una causa.
Para unos es su fortuna, para otros, su familia, para algunos más la vida misma; pero siempre es la misma petición: la prueba decisiva de la fe. El momento de decidir si se entrega todo a Dios o se hace como Jonás, que huyó de su encomienda y tuvo que pasar su depuración por medio de duras pruebas. Es pues, el monte Moría, la elevación filosófica más alta a que pueda aspirarse en una etapa. En ese nivel nada es más importante que seguir el ideal que Dios ha puesto en nuestras mentes.

3.- Y POR LA MAÑANA, MADRUGANDO ABRAHAM, APAREJÓ SU ASNO, Y TOMÓ DOS MOZOS SUYOS CONSIGO, Y A ISAAC SU HIJO, Y PARTIÓ LEÑA PARA EL HOLOCAUSTO, Y LEVANTÓSE, Y FUE AL LUGAR QUE LE HABÍA DICHO DIOS.-

Esto representa el inicio de una nueva etapa, bien al comienzo (en la madrugada) Abraham hizo los preparativos para cumplir el propósito señalado.
El asno simboliza los medios con que se dispone para alcanzar un fin, que resulta rebelde al propósito. (en este caso está representando a la raíz santa de Israel que es considerado como un asno montés) Esta es la posibilidad de tener acceso a un hecho que ha de ocurrir en las alturas (el monte Moría)
En unos es su caudal material, en otros, su condición espiritual, en tanto que a otros es su capacidad física etc.
Es, definitivamente, conque se cuenta para emprender un hecho (Israel es un asno montés, traemos a colación este pasaje ahora para dar a entender que Israel simboliza la oportunidad del hombre para escalar el monte espiritual de la fe)
Pero, sigamos con la trama. Los mozos simbolizan los seguidores, los que profesan la misma idea a alcanzar, los colaboradores colocados por las circunstancias como ayuda para alcanzar la realización de una empresa. Isaac simboliza la esperanza de vida en el espíritu.
Es el ideal concebido desde lo más hondo de las entrañas, concebido en el medio ideal anhelado (Sara)
Es la raíz santa, la vigencia de eternidad, el sueño perseguido.
La leña simboliza los medios depuratorios y el calor con que se va a emprender la tarea.
Con todos los elementos listos para cumplir el mandato de Dios, faltaba solamente la entrega de su individualidad, su descendencia.
Esto es, el altruismo que debe sobreponerse a la conveniencia personal o a lo que pensamos convendría más. Este es el paso más importante de todos. Esto es el monte Moría. El momento decisivo donde se va a entregar en holocausto lo mas preciado para el hombre: Su alma. No su vida material o sus posesiones, sus deseos, sus afectos más queridos, o la comodidad de una vida muelle y apacible por una de privaciones, sino la entrega indudable del sentimiento más profundo, nacido de lo más sincero y verdadero; lo que llamamos: EL ALMA.
Esta alma es la esencia verdadera de lo que Dios concibió que debía ser el hombre.
En otras palabras, el alma es lo que debemos ser, y el cuerpo es lo que ahora somos.
La continuidad del alma de Abraham estaba representada por Isaac.

4.- AL TERCER DÍA ABRAHAM ALZÓ SUS OJOS Y VIO EL LUGAR DE LEJOS.-

El tercer día representa el fin de un concepto en evolución.

Es la perfección de la tríada, donde se combinan todos los elementos componentes del mismo para la formación de uno solo que los representa a los tres.

Los tres manifiestan lo Mesiánico, que es la meta del hombre en formación.
Abraham tuvo conocimiento (vio) el momento decisivo de hacer entrega de su holocausto, su ofrenda vocacional.
Llegó el momento señalado de hacer entrega de su sacrificio, su más sagrada pertenencia, Su Alma, representada en su hijo como heredero de la promesa.
El momento de tomar su decisión, de seguir su fe o seguir los reclamos del cuerpo.
Este alzar de ojos, significa poner su esperanza en lo alto, en lo más elevado.
Escuchar la voz de las alturas buscando niveles superiores. Vio el lugar desde lejos: simboliza el concebir una meta elevada hacia donde dirigirse.

5.- DIJO ENTONCES ABRAHAM A LOS MOZOS: ESPERAD AQUÍ CON EL ASNO, MIENTRAS YO Y EL MUCHACHO VAMOS ALLÁ; Y ADORAREMOS Y VOLVEREMOS A VOSOTROS.-

La manifestación de Abraham fue una señal a sus seguidores, a los que siguen su fe, mostrando el punto donde solo él podía pasar.
Su asno (Israel) su medio de alcanzar su fin, sus posibilidades materiales, también debían quedar allí, en aquel punto del camino.
Solo él y su esperanza de vida llegarían al encuentro señalado. Solo él y la promesa de vida iban a hacer su petición, su entrega, su devoción absoluta.
Esto simboliza la adoración suprema, donde la más alta y cara aspiración se desea.
Es el momento en que nada, ni nadie puede ayudar, ya que es el esfuerzo propio, la convicción íntima de que vamos a ofrecer todo lo que está en nosotros, nuestra esperanza más preciada y que solo nuestra presencia ante Dios es lo que cuenta e importa.
Luego de alcanzar el logro de estas aspiraciones, se haría factible al mundo y sus seguidores, los logros alcanzados para ser retransmitidos. Este es un momento de elevación, donde se deja atrás todo cuanto se posee para entregarse a la adoración de un ideal que absorbe todo.
Esto es llegar a ser un varón justo y perfecto (como lo señala la Biblia) Cada cual de acuerdo con su altura y asignación.

6.- LUEGO TOMÓ ABRAHAM LA LEÑA DEL HOLOCAUSTO, Y PÚSOLA SOBRE ISAAC SU HIJO, Y TOMÓ EN SU MANO EL FUEGO Y EL CUCHILLO Y CAMINARON LOS DOS JUNTOS.-

La purificación, los medios depuratorios, los sacrificios y abstinencias, los sufrimientos y tribulaciones que forjan el espíritu, que son el simbolismo de la leña para el holocausto, recayeron sobre Isaac, (la promesa)
Sobre la formación del hombre en su camino hacia su perfección. La perfección del hombre estaba ahora representada en Isaac; él era el alma del hombre. Él tenía sobre sus hombros a Israel y lo Mesiánico. No era Abraham el encargado de cargar la leña para el holocausto, sino Isaac llevaría en sus espaldas esta carga.
Con esto se simbolizaba la carga de los tormentos y los dolores que le estaban asignados para la purificación de su holocausto en el camino de la promesa.
Este es el anuncio de los sufrimientos y las pruebas como el medio efectivo de purificación y aprendizaje.

El corazón de los sabios está en la casa del duelo.
(Ecl 7:4)

Su actuación, su oportunidad de ejemplarizar y hacer las cosas a conciencia era el medio de depurar y tener la forma de análisis que motivará la eliminación de lo innecesario.
El fuego y el cuchillo son, sin dudas, los elementos simbólicos depuratorios para el holocausto. Estos estaban en manos de Abraham, simbólicamente en su actuación, ya que las manos simbolizan, como hemos establecido anteriormente, la oportunidad y la posibilidad de hacer las cosas.
Así, procedieron por la misma línea de actuación. Perseguían la misma finalidad. Por eso dice la escritura: "Caminaron los dos juntos". Ambos eran movidos por el mismo espíritu, por el Espíritu Santo de la promesa de vida. "LO MESIÁNICO".

7.- ENTONCES HABLÓ ISAAC A ABRAHAM SU PADRE DICIENDO: ¡PADRE MÍO! Y ÉL RESPONDIÓ: HEME AQUÍ HIJO MÍO. Y DIJO: HE AQUÍ EL FUEGO Y LA LEÑA, MAS ¿DÓNDE ESTÁ EL CORDERO PARA EL HOLOCAUSTO?

La promesa tenía necesidad de conocimientos y buscó en su procedencia (Abraham) la respuesta a sus inquietudes.
Abraham estaba disponible para ser el patrón que Isaac consultara para el logro de las aspiraciones comunes de ambos.
La incógnita manifestada señalaba que los elementos de análisis, los preparativos necesarios para dedicarse al fin que perseguían estaban presentes.
Las pruebas y depuraciones que vendrían derivadas de esa empresa, (el fuego y la leña) estaban presentes. En cambio, el no veía la victima expiatoria, el instrumento seleccionado para ser escenario de esa manifestación ejemplar. No había conciencia de la encomienda expiatoria asignada a él. Todavía no se conocía donde estaba la condición mesiánica que debía aceptar sobre sus hombros la tarea definitiva de entrega absoluta de su espíritu al logro de la condición divina en el hombre.
Los planes de Dios son inescrutables e impredecibles. Él provee sus dones de fe de etapa en etapa. Lo desconocido de hoy, lo muestra mañana. "Bástele al día su afán" dice la Biblia.
En Abraham el conocimiento llegaba hasta el mandato de ofrecer a Isaac como instrumento expiatorio para dedicación a Dios.
De esta forma terminaba Isaac su línea de descendencia de la raíz santa al sacrificarlo ante Dios como prueba de su fe ante el altar de sus aspiraciones más elevadas (Dios)
Hacia ese fin se encaminaba sin la menor queja.
Pero en Isaac, que comenzaba su recorrido hacia la gran misión que se le tenía señalada, no había un conocimiento pleno del cordero. No sabia cuál era su parte en aquel espectáculo del cual él era la primera figura.
Sin la manifestación de Dios es imposible conocer las salidas del camino que la espada revoloteadora tiene vigilado.
Tal vez la mucha metáfora no sea lo más esclarecedor, pero podemos tratar de explicar que lo que conocemos como la vida, esta porción de nuestra existencia en algo tan frágil, efímero y pasajero como lo que es el cuerpo que animamos, es solo una ilusión, que es como un velo que no permite ver el mundo real de lo desconocido que no se halla atado a esta condición transitoria, sino que es infinito, y tiene la capacidad de observar las cosas desde un ángulo eterno, libre de ataduras veladoras de la realidad presente.
La vida, como la conocemos, es la espada revoloteadora que cubre la entrada al paraíso. Mientras sintamos la presencia del cuerpo de pecado, no podemos ver más allá de él. De modo que en la medida que vamos liberándonos de los encierros que la concupiscencia mantiene firmemente cercados se van abriendo pequeñas brechas que muestran los destellos de la luz maravillosa que se encuentra detrás de esta tiniebla concupiscente.

8.- Y RESPONDIÓ ABRAHAM: DIOS SE PROVEERÁ DE CORDERO PARA EL HOLOCAUSTO, HIJO MÍO; Y SIGUIERON ANDANDO LOS DOS JUNTOS.-

La enseñanza proveniente de Abraham manifestaba su fe de que el ideal de perfección mostraría los factores necesarios para la realización de sus planes.
Tenía la convicción plena que da la fe, de que si el camino que se estaba siguiendo era la ruta que su conciencia le señalaba como la que conducía a Dios, no tenía duda de que Éste le mostraría el cordero. Siempre el cordero está asociado con la fe suprema; la obediencia "Mesiánica".
En ese símbolo está encerrada la mansedumbre y obediencia hacia el pastor supremo: Dios.
Cuando se habla del cordero, no debemos verlo sólo como un elemento litúrgico y ritual, sino como la imagen simbólica de lo que es la entrega y obediencia a un ideal de perfección.
En todo momento de debilidad o duda, el análisis de la situación falla si el temor toma parte en la solución.
Es ahí donde entra el cordero de Dios, el símbolo de la obediencia y mansedumbre hacia todo lo que es correcto y que sabemos o confiamos traerá el mejor resultado aunque lo desconozcamos.
Por esto al manifestar Abraham su fe, afirmando que Dios proveería el cordero para el holocausto, continuó su manifestación dentro de las normas y principios que los mantenía unidos hacia el mismo destino. Siguieron los dos andando juntos.

9.- Y CUANDO HUBIERON LLEGADO AL LUGAR QUE LES DIJO DIOS, ABRAHAM EDIFICÓ ALLÍ UN ALTAR, Y PUSO EN ORDEN LA LEÑA, Y ATÓ A SU HIJO ISAAC, Y PUSOLE SOBRE EL ALTAR, ENCIMA DE LA LEÑA.-

Al alcanzar el nivel establecido por Dios, Abraham puso su fe a obrar a la orden de su ideal. El altar simboliza la aspiración y la entrega hacia la fe que se persigue.
Preparó toda su experiencia y posibilidades analíticas (el altar) para colocarlas sobre ello los tropiezos y depuraciones que le esperaban (la leña) Unió a sus aspiraciones la vigencia que había en Isaac, su promesa de vida.
No vaciló en colocarlo sobre el altar de su entrega a Dios con su más preciado tesoro, su alma, su VIDA en Dios.
La ofrenda establecía el fin de la vigencia de Abraham en su descendencia de la raíz santa. Al sacrificar a Isaac, su ciclo de perfeccionamiento terminaría en ese nivel, y la promesa de ser padre excelso de multitud de naciones quedaría trunca.
Allí quedaría la conciencia del hombre sin esperanza de alcanzar niveles que lo retornaran al Paraíso de donde había salido.
No obstante eso, Abraham no vaciló. Preparó todos los elementos del sacrificio ante aquel altar que su fe preparó a Dios en aquella altura de la conciencia del hombre.
Esta fe es similar a la que tuvo Noé en la construcción del arca. En una situación donde parecían vanos todos los esfuerzos que éste realizaba por transmitir al pueblo de aquel entonces su mensaje de parte de Dios.

10.- LUEGO EXTENDIÓ ABRAHAM LA MANO Y TOMÓ EL CUCHILLO PARA DEGOLLAR A SU HIJO.-

La actuación de Abraham llegó hasta el límite de sus posibilidades o final de su actuación (extender la mano) Se preparó para llevar a cabo el holocausto que cortaría el corazón y la esperanza de su fe
(Isaac) Simbólicamente dejaría sin aspiraciones, sin prolongación, sin ordenanzas de continuidad, sin estímulo individual, sin vigencia propia la línea de descendencia de la promesa. Con el sacrificio de Isaac, desaparecería la línea de la raíz santa. La condición mesiánica desaparecería.

11.- ENTONCES EL ÁNGEL DEL SEÑOR DIOS LE LLAMÓ DESDE LOS CIELOS, Y LE DIJO: ¡ABRAHAM! ¡ABRAHAM! Y ÉL RESPONDIÓ: HEME AQUÍ.-

En ese momento hubo una manifestación de la dimensión ideal, de la altura más elevada dentro de la dimensión en que se escenificaba el concepto Abraham. Era un llamado que recababa su atención al intento que le fue transmitido.
Este contacto entre la dimensión ideal y la dimensión escenificada, que no es un contacto a voluntad como pretenden llamar los llamados videntes parapsicólogos, sino que son comandos renovadores provenientes del banco ideal director de todas las ideas que establecen el curso a seguir a todos los acontecimientos generales.
Abraham, como antena receptiva siempre atenta (por medio de su fe) captó la señal indicando su presteza y atención a los comandos ideales a los que él aspiraba.
Ese: "Heme aquí" significa atención constante a los reclamos del ideal; devoción absoluta e inalterable ante cada una de las presiones cotidianas.
Dedicación total a estar en contacto con esa aspiración, no permitiendo que algo entretenga o haga variar el curso de los acontecimientos fuera de la meta buscada.
Las tentaciones del medio atentan constantemente contra la recepción clara del ideal, produciendo interferencias anímicas que pueden sacar de "frecuencia" (por llamarlo de algún modo) la recepción de los llamados de la conciencia, que es la memoria positiva que se acumula en el banco ideal de ascensión hacia más elevadas y depuradas formas.
Esto es lo que los psicólogos llaman el Súper-Yo, que no es más que una imagen ideal establecida en la mente que muestra una figura del hombre que se debe ser, de acuerdo con ella.
Esto ocurre conforme al nivel que cada cual sustenta.
Esto se representa así: Éste soy yo, y debo ser este Súper-Yo.
El heme aquí, es el logro absoluto al llamado de este Súper-Yo, que en términos bíblicos es la raíz santa, es el alma, es la parte del ideal supremo que hemos logrado captar y que deseamos seguir recibiendo, hasta que podamos alcanzar plena comunicación, sin interferencia del YO, con la conciencia pura de Dios.
Captar la transmisión plena del grado "Mesiánico", el hombre espiritual, EL HIJO DE DIOS plenamente manifestado, de acuerdo con la imagen ideal preconcebida y que se va manifestando en su tránsito cotidiano.
Al mantenerse en constante vigilancia de los llamados del ideal, en perpetua actitud de ¡heme aquí!, llega el llamado del ángel del Señor Dios, que son las percepciones de más alto grado, que van a alimentar las debilidades del ideal, del Súper Yo, o del como quiera llamársele a ese estado de conciencia superior que nos guía y nos ilumina una senda a seguir, que aunque no tenemos conciencia plena de a dónde nos ha de conducir, de una manera obstinada, "fanática", si se quiere, nos anima a seguirle sin condiciones ni temores. Es como bajo un estado de hipnosis, si se quiere, ya que no se toma en cuenta ninguna circunstancia o impedimento, por difícil y peligroso que pueda parecer.

12.- Y DIJO: NO EXTIENDAS TU MANO CONTRA EL MUCHACHO, NI LE HAGAS NADA; PUES AHORA CONOZCO QUE TEMES A DIOS YA QUE NO ME HAS NEGADO TU HIJO ÚNICO.-

En este versículo se hace manifiesto el mandato del ideal de perfección. Establece que no se terminaría la línea de descendencia de la raíz santa en Isaac.
Abraham había mostrado su fe inalterable que lo hacía acreedor de logros más elevados. La prueba de su fe resultó en fortalecimiento de la misma.
Se hizo manifiesto el temor a Dios, que es el principio y a la vez la base fundamental de todo conocimiento.
En la primera fase de la conciencia es necesario que se manifieste el temor. Este es la abstinencia de lo negativo. Todos los mandamientos, leyes, ordenanzas y prohibiciones deben obedecerse a fin de evitar las interferencias que impiden se manifieste la luz del amor.
Todas las manifestaciones de las escrituras en lo que se conoce como el antiguo testamento, son manifestaciones plenas de temor a Dios, leyes de prohibición hacia todo lo que NO es el hombre. Esto debe ser experimentado hasta la última consecuencia a fin de comprender los estados mesiánicos anunciados por los profetas como la nueva Jerusalén, la de arriba, donde la luz no vendrá del sol, sino que será la luz del Señor Dios la que se manifieste en el corazón y en la mente de los hombres. Abraham no dudó, ni razonó lo correcto o lo incorrecto de la ley, simplemente puso manos a la obra a cumplirla.
Este temor a Dios, plenamente escenificado en Abraham, produjo la respuesta apropiada de parte del ideal Supremo.

"Acaso tiene el Señor Dios tanta complacencia en holocaustos y sacrificios como en el obedecer al Señor Dios. El obedecer, mejor es que el sacrificio." (I S 15:22)

La renunciación de su alma, el hecho de la disposición de Abraham en sacrificar a su hijo (su descendencia, su vida) era más importante, tenía más valor que el sacrificio en sí.
La fe es superior a las obras, mas la fe si no tiene obra, esta muerte, ambas se compendian para mostrar su verdadero valor y efectos.
Abraham manifestó su fe por sus obras al colocar a Isaac sobre la leña y extender su cuchillo para cumplir el mandato de Dios.
Este ejemplo es una de las manifestaciones más importantes de la Biblia, pues es el paso inicial del conocimiento de las cosas de Dios, así como el demostrar, que sí hay temor de Dios para que se cumpla la etapa inicial y se manifieste la siguiente.
Así se hizo manifiesto el amor de Dios, al proveer la salida que lo muestra excelso en su misericordia mostrando al hombre la salvación por el excelso camino de la promesa representado por Isaac.

13.- ENTONCES ABRAHAM ALZANDO LOS OJOS, MIRÓ, Y HE AQUÍ UN CARNERO MÁS ALLÁ DE ÉL, ENREDADO POR LAS ASTAS EN UN MATORRAL, Y FUE ABRAHAM Y TOMO EL CARNERO, Y OFRECIÓLE EN HOLOCAUSTO EN LUGAR DE SU HIJO.-

Abraham elevó su condición para comprender la enseñanza que provenía del Omnipotente.
Pudo vislumbrar la oferta de salvación que Dios le otorgaba. Un ejemplo de humildad y mansedumbre que surgía enredado entre las complicaciones del mundo.
Esto es lo que representa el carnero simbólicamente. Este carnero simboliza la oportunidad de seguir la línea de descendencia de Abraham mostrando en sí todas las formas de la raíz santa.
Este carnero era la continuidad de los ejemplos escenificados por los hombres de Dios por venir, guardados en los lomos de Isaac, (usando el término bíblico) Esto serviría de enseñanza al ser humano culminando en el cordero de Dios, "Lo Mesiánico". Este cordero viabilizaba la forma de que el hombre pudiera alcanzar a "VER" la conducta que le mostraría la entrada a la nueva especie en evolución los hijos de Dios. La especie de los mesiánicos, los movidos por la conciencia nacida del Espíritu Santo grabado en el corazón en lo profundo de los sentimientos. Si Abraham hubiera llevado a cabo el sacrificio de Isaac, no hubiera habido Israel, ni hubiera existido Moisés y su contacto con Dios al recibir los diez mandamientos, ni los profetas, ni los ejemplos de la raíz santa que hicieron factible la compilación de la Biblia, con la cual se ha volcado todo ese ramaje que se halla encerrado en la viña de Israel y que ha afectado a todas las naciones de la tierra en su formación ideológica de una manera u otra. Todas las naciones de la tierra han tenido acceso a estos conocimientos y lo han hecho parte de su base y fundamentos de vida.
Todo esto, gracias al cordero de Dios que permitió la liberación de Isaac.
Este hecho muestra la misericordia de dios al no abandonar al género humano, que de no tener las imágenes ejemplares que mostró en Israel y la conducta inspiradora de sus hombres ejemplares, no habría podido salir de la oscuridad de su naturaleza animal desenfrenada.
La actitud brutal y salvaje es la condición natural del hombre físicamente.
Cada vez que éste desecha esa actitud lo hace movido por la conducta proveniente de la raíz santa que le fue mostrada como salida de una terrible angustia.
Este carnero que Abraham visualizó era "Lo Mesiánico" simbólicamente, que venía a tomar el lugar de Isaac para darle paso a la raíz santa de que pudiera ser manifestada en la descendencia de Abraham.
Todavía hoy hay lugares en el mundo donde el hombre, por no haber tenido contacto con estos principios, vive aún en su forma animal más elemental, escenificando su estado bestial primario.
Claro, aún falta la escenificación de su estado bestial secundario, cuando lo realice a plena conciencia y con el uso de la razón; pero ya llegaremos allá a su tiempo.

14.- Y ABRAHAM DIO A AQUEL LUGAR EL NOMBRE DEL SEÑOR-YIREH; DE DONDE SUELE DECIRSE HOY EN DÍA: EN EL MONTE DEL SEÑOR DIOS SE HARÁ PROVISIÓN.-

Abraham estableció esta altura espiritual como lugar de provisión con Dios. Es la enseñanza de cómo la fe es la llave que abre la puerta hacia el monte de Dios.
Siempre se coloca a Dios en una altura para señalar el estado de crecimiento que alcanza el espíritu hacia las alturas.
El carnero que Dios proveyó simbólicamente es el Mesías. Es la oportunidad de alcanzar la altura de Dios. Todo el que sirve de instrumento para llevar el conocimiento de las cosas de Dios a otras personas es el representante Mesiánico en ese momento para que quien lo recibe, entre los caminos de Dios y salga de la enredadera en que lo tiene atado el mundo.
Por este medio Isaac pudo seguir brindando al hombre su línea de descendencia de la raíz santa, hasta poder llegar hasta la representación de todos los componentes que forman la Biblia, la cual, es el Mesías de Dios para el hombre, ya que muestra la forma de llegar a Su Presencia por medio de los "Carneros" que Él proveyó para este fin.
Gracias a Dios por proveer este carnero y todos los que le siguieron formando su manada divina, guiada por el Supremo Pastor de las ovejas, El Mesías señalado. Todos estos componen la criatura divina que ha de ser manifestada en el hombre a su tiempo.
En esta altura se hará provisión. El Señor Dios-Yireh.
Este es el nivel donde se alimenta la conciencia humana. Éste es el camino que Abraham utilizó para dar vida a su hijo Isaac de manera que pudiera vivir en nosotros: si es que aprovechamos el cordero que Dios proporciona para cada ser humano cambiado por el mundo.

15.- Y EL ÁNGEL DEL SEÑOR LLAMÓ A ABRAHAM SEGUNDA VEZ DESDE LOS CIELOS.-

Un nuevo concepto se hizo visible a Abraham, que le instó a emprender nuevos caminos.
Cada llamada simboliza un contacto con la dimensión ideal. Esta dimensión ideal es lo que bíblicamente se identifica como el VERBO o acción no manifestada. Éste es la fuente de vida y es la vida misma.
De ahí surgen todos los comandos y es el principio de todo lo ocurrente. Es la esencia de Dios.
Los llamados que en la Biblia se presentan como ángeles o voces, o cualquier contacto con lo alto, es la introducción de un comando ideal, es una partícula de Este Verbo dentro de la dimensión que está escenificándose. Se torna entonces como la conocemos, de acuerdo con nuestras limitaciones, a través de nuestros sentidos.
Y se va ampliando, creciendo en la medida que este Verbo toma cuerpo y se va manifestando en el hombre se va "popularizando", para usar un término más fácil de entender.
Abraham recibió una partícula de este, hasta llegar a producir los recipientes ejemplares del mismo, a los varones perfectos de Israel que dejaron plasmadas en la Biblia las muestras iniciales del camino hacia la promesa.
Este debía ser el molde que debía producir las nuevas copias de manifestación del VERBO Santo, hasta que toda la masa quede leudada. Para que todas las naciones de la tierra se nutran de esos ejemplos y alcancen la bendición de la raíz santa.
¿Cuándo será esto? Sólo Dios lo sabe cuando llegará ese día de reposo para el hombre, el "Shabat" del alma.
Sólo la fe muestra los estados nuevos de ese VERBO.
Este segundo llamado indica simbólicamente la necesidad de cumplir dos tiempos.
El primero para arrepentimiento del pecado y eliminación del mismo echándolo fuera de la casa (Agar, el monte Sinaí)
El segundo será para el conocimiento de la gracia y el establecimiento del amor en Sara (la promesa por medio de la fe)
Los dictados del VERBO están encargados de mostrar los distintos grados niveles para alcanzar la conciencia divina.
Cada llamado del mismo logra producir sus resultados preestablecidos con gran fidelidad, toda vez que son "esencia de vida real", son la verdad absoluta en pugna contra las verdades relativas o transitorias.
La materia, con sus formas, es solo reflejos imaginarios de esta existencia que se va vistiendo "evolutivamente" con ropajes destructibles, para mantener su existencia eterna e indestructible detrás de las formas transitorias que ejemplariza.
La forma cambia, pero el fondo permanece y prevalece. Los cuerpos perecen, pero las ideas que los mueven perduran y siguen manifestándose en otros cuerpos con distinta forma, pero con el mismo fondo. El "VERBO" "ES", la carne "NO ES".
El impulso ideal de ayer, movió las formas de ayer y sigue moviendo las formas de hoy utilizando nuevos materiales. Son el mismo plano para construcción de muchas casas.
"Lo que ya ha mucho que ha sido, todavía es; y lo que ha de ser, ya ha mucho que ha sido, pues que Dios hacer volver lo pasado." (Ecl 3:15)
El carnero de ayer, vive hoy y aguarda enredado entre las ramas del mundo, esperando a que lo tomemos, copiando su ejemplo y lo ofrezcamos a Dios a cambio de nuestro cuerpo de pecado esto es cambiar el fondo, para que la forma tome nuevas medidas y crezca en la nueva criatura de Dios.

16.- Y DIJO: POR MÍ MISMO HE JURADO, DICE EL SEÑOR DIOS, QUE POR CUANTO HAS HECHO ESTO Y NO ME HAS NEGADO A TU HIJO, TU HIJO ÚNICO.-

El juramento es la confirmación de un hecho. Es la eliminación de cualquier cambio que pueda afectar lo establecido y producir otro resultado distinto que el que se certifica.
Este "y dijo... " es la introducción de un conocimiento nuevo.
Es la recepción de otra partícula de VERBO. Es como otra pieza del rompecabezas que yace diseminado en toda la Biblia y que al final va a mostrar la imagen del hijo de Dios en toda su magnitud. Son pedazos del Mesías, aguardando por "Lo Mesiánico", que es el momento en que "EL HOMBRE" ha de llegar a esa altura.
Esta imagen manifestada por secciones es la que tiene que componer o ensamblar "el hombre" para poder interpretarla, asimilarla, y escenificarla íntegra en sí, para el nuevo mundo que ha de ser manifestado; donde habrá un nuevo cielo, un nivel más elevado y cercano a lo divino del Señor Dios.
El juramento conlleva una imagen. Es la promesa de alcanzar esa imagen, ese propósito, que se hace el juramento de respetar.
Se toma como juez encargado de mostrar justicia a esta autoridad suprema. En este caso, la autoridad será el máximo exponente de todas las ideas y poseedor del VERBO infinito (Dios)
Este juez confirmaba ahora que el ejemplo de fe que Abraham representaba al entregar su "individualidad" (su descendencia en Isaac) le ganaba la promesa jurada de orden colectivo (para todas las naciones de la tierra)
En esta forma, al sacrificar a Isaac, que significaba su promesa de vida, eliminaba su vigencia material, su descendencia en la carne, pero le hacía acreedor al juramento establecido por el espíritu, como vemos que ha sucedido con todos los hijos de Abraham que hoy siguen sus pasos hacia la tierra prometida por Dios en el reino de los cielos, en las alturas del alma.
Toda obra destinada al establecimiento de nuestra trascendencia, a prolongar nuestra individualidad, a ser "salvos" personalmente, por así llamarlo, es un intento de no entregar a Dios nuestro "Isaac", nuestro cuerpo para la posteridad de acuerdo con nuestros sentidos, lo cual estará destinado a desaparecer.
Nosotros somos "barro" que se utiliza para mostrar la imagen. Y solo la imagen buscada es la que cuenta. El barro que no cumpla con la función de representar dicha imagen con fidelidad, será desechado por inservible.

17.- QUE BENDICIENDO TE BENDECIRÉ, Y MULTIPLICANDO TE MULTIPLICARÉ TU SIMIENTE COMO LAS ESTRELLAS DEL CIELO, Y COMO LAS ARENAS DE LA ORILLA DEL MAR; Y TU SIMIENTE POSEERÁ LA PUERTA DE SUS ENEMIGOS.-

La bendición es el equivalente de la buena ejemplarización.
Quiere decir que esto está bien realizado acorde con el ideal que se persigue, bien hecho, bien dicho, bendito.
Cada vez que se realice un ejemplo acorde con lo manifestado por Abraham, éste estará bien dicho, bendito, bien ejemplarizado. , La bendición es, pues, el resultado de hacer las cosas bien hechas, acordes con el ideal que se sustenta. Sin variantes ni cambios, para que sea un sinónimo del patrón establecido.
La multiplicación que Dios le anuncia deja asentado el crecimiento. La simiente ideal de este hecho, es partícula de VERBO que ha de germinar en el "polvo" de la tierra.
Las estrellas simbolizan guías, ejemplos de luz que llenan el firmamento espiritual, el cielo del alma. Las arenas del mar, son los seguidores, elementos de construcción.
Este es el anuncio de las cosas que han de suceder.
La semilla de Abraham, germinaría, produciría infinidad de seguidores. De sus lomos saldrían maestros, guías, ejemplos luminosos que formarían el mundo de la fe, en la travesía hacia la tierra prometida. Estas son las luces que penetrarían el encierro que aprisiona las almas que viven en las tinieblas del abismo sin formas y vacío, como vimos en Gen 1:2 abriendo la puerta de la pared existente entre los dos mundos, para hallar el Espíritu de Dios cobijando la FAZ DE LAS AGUAS..

18.- Y SERÁN BENDECIDAS EN TU SIMIENTE TODAS LAS NACIONES DE LA TIERRA; POR CUANTO HAS OBEDECIDO MI VOZ.-

En esta semilla va encerrado el fruto de vida para todas las doctrinas que surjan de esta fe.
Toda doctrina que promueva al fe de sus seguidores, está edificando la ciudad futura de Dios. No importa la prédica que estas doctrinas encierren, todo seguidor de una fe, estará obrando, de una forma u otra para el conocimiento de la fe verdadera que se consolidará a su tiempo.
"Toda"doctrina, aun cuando predique el error, es una creación de Dios, y una forma que deberá conocerse (aunque sea cosa vana) a fin de ser eliminada a su tiempo de la conciencia del hombre.
La fe es el adelanto de las cosas por venir. La voz de Dios solo es perceptible por medio de la fe. Todo seguidor de un ideal está persiguiendo un estado que él considera como mejoramiento de las cosas existentes.
Esta fe en su ideal, es el dictado, la voz de lo que, para él, es el máximo ideal de perfección: Su Dios.
Abraham oyó la voz de Dios, escuchó los dictados de su fe y la siguió sin miramientos.
Y esta fe, esta voz, le anunció su descendencia como buen ejemplo, bendición a todas las naciones, ideologías, o doctrinas derivadas de esta fe, que lo hacía ser padre de muchedumbre de naciones.

19.- Y VOLVIÓSE ABRAHAM A SUS MOZOS; Y LEVANTÁNDOSE CAMINARON JUNTOS HASTA BEER-SEBA; Y HABITÓ ABRAHAM EN BEER-SEBA.-

Volvió a ocupar Abraham el nivel que le hacía cabeza de sus seguidores, para seguir siendo su señor y conducirlos hasta Beer-Seba. El lugar del juramento.
Donde se reconoció que los logros alcanzados por Abraham provenían de la raíz santa y que no eran el producto de la evolución natural del hombre.
El pozo que simbolizaría la palabra de Dios. Todos sus seguidores, guiados por Abraham, llegaron al pozo del juramento, que es la frontera de entrada a la tierra santa. El símbolo de la fe, que es la llave de entrada al conocimiento de cualquier idea. Es la seguridad que se tienen de las cosas esperadas.
En esta situación quedó establecido Abraham como la llave de entrada por la puerta de la tierra prometida, cuya tierra es "LO MESIÁNICO"
Aquí confirmamos que LO MESIÁNICO, es Israel de arriba; la ciudad de Dios, el grado supremo establecido para el hombre, cuya llave de entrada es la fe simbolizada por Abraham.

20.- Y SUCEDIÓ DESPUÉS DE ESTAS COSAS, QUE FUE DADA NOTICIA A ABRAHAM DICIENDO: HE AQUÍ QUE MILCA TAMBIÉN HA PARIDO HIJOS A NACOR TU HERMANO.-

En esas circunstancias se hace el conocimiento de Abraham de lo que ocurre en otras ramas que debieron brotar de la raíz santa. Las genealogías bíblicas son bien determinantes, pues, de acuerdo con los términos simbólicos, la raíz santa es la forma de conducta que sigue el camino de Seth, sustituto de Abel hasta Noé.
Hacemos memoria de que la raíz de la duda, de la tierra, el hombre individualista que labra la tierra con sus manos para sí, es Caín. Al llegar a Noé, la conducta inicial de Caín es borrada por las aguas del diluvio simbolizando la limpieza del mal.
Pero automáticamente Cam toma el lugar de Caín, lo sustituye y representa otra vez la raíz de la duda, la altura de la tierra; el hombre individualista, rebelde, representado posteriormente en toda su descendencia.
Es menester recordar siempre que Cam vio la desnudez del padre y no la cubrió. Vio los errores del pasado, y no los trató de cubrir, no los amparo.
Estas dos tendencias se ramifican por la Biblia. La duda por una parte, y la fe por la otra. Una arrojando al hombre del paraíso haciéndole comer del árbol del bien y del mal. La otra prometiéndole la entrada a él. La asociación de cada una de estas tendencias, determinó su base filosófica.
Si viene de Sem, pasando por Canaán, proviene de la raíz del mundo, la duda. Su fundamento es la individualidad.
Por individualidad nos referimos a la conducta personalista que no tiene otra mira mas que la salvación propia sin importarle el resto de la creación.
Abraham estableció contacto con otra de las ramas que provenía de la raíz santa que con tanta meticulosidad se persigue en la Biblia.
Milca, una ley proveniente de Nacor, su hermano. Ésta, también seguía la intención de no mezclarse con los hijos de Canaán, para no introducir conceptos idolátricos y paganos, los que representan la individualidad, el sentimiento personalista de un Dios personal.
La idolatría es la sustitución de Dios, que representa la unidad de la fe, por una actitud basándose en sobornos, por medio de ofrendas a cambio de la salvación personal.
Cada vez que Israel se mezcla con otros pueblos cae en el paganismo y la idolatría.
Establece la adoración de imágenes y cultos que conducen al hombre a pensar que su relación con Dios, con lo divino, es para obtener ventajas personales por medio de dádivas y ofrendas a cambio de los beneficios que espera obtener por el trueque.
Esto es una representación simbólica de la conducta del hombre que se aferra a cualquier ideología que parezca producir beneficios personales. No se detiene a pensar cual es la raíz de este principio al que se abraza copiando u ofreciendo ejemplos que la imiten.
Por esto tantas veces vemos en la Biblia la desviación del pueblo de Israel buscando la ventaja personal, simbolizado por el becerro de oro, ídolo que representa el instrumento de labranza de Caín para tomar los frutos de la tierra y el alimento de la carne.
Milca es la noticia de la ley unitaria que mantiene la génesis de la raíz santa pura, para hacer posible la promesa de llegar hasta la Jerusalén de arriba. A la cristalización de la creación del pueblo de Israel y la obtención de los diez mandamientos para rectificación de la conducta del mundo hacia la tierra prometida.
Vemos en Israel el resultado de buscar una conducta individualista, buscando el apoyo en los pueblos provenientes de Cam, lo oscuro.
Israel es la prueba de que existe un camino para el hombre por el que puede llegar a su destino final. Es la muestra del grado de fe que le da al hombre su condición verdadera, matando su conducta egoísta y salvaje, por medio del cumplimiento de los mandamientos para poder demostrar lo que puede llegar a ser el hombre como imagen de Dios en busca de Su semejanza.
Al alcanzar el estado de depuración, donde el instinto carnal (Canaán) queda totalmente controlado, surgirá la conciencia pura, la actitud de base racional de las cosas del Espíritu Santo (Israel) sin velos, sin mistificaciones, para poder comprender las presiones que producen los estados agresivos de la naturaleza humana idolátrica, motivada por las frustraciones de no poder alcanzar la paz, ni la armonía de una vida compensada para todos los hombres por igual.
Vida que no se puede obtener con el curso normal de los instintos, ya que la tendencia pasional del hombre natural es la de inclinar la balanza hacia su favor, produciendo los desbalances que hace de la vida un estado bélico y defensivo constante.
Al llegar a liberarse de ese sentimiento de naturaleza animal, comienza a manifestarse en él la raíz santa.
Este es el inicio o base de toda acción de los hijos de la promesa; huir de los hijos de Canaán espiritualmente para que surja el Espíritu Santo en su actuación.
Esta conducta debe estar motivada únicamente por lo que la raíz santa, sin inclinaciones ni ventajas, indica.
Es entonces, que el hijo del hombre, se convierte en el Hijo de Dios. Abram se convierte en Abraham, Jacob se vuelve a Israel.

¿Qué viene a ser el mísero hombre para que tengas de él memoria, y el hijo del hombre para que le visites? Sin embargo,, le hiciste un poco menor que los ángeles, lo coronas también de gloria y honra, le haces señorear de las obras de tus manos; todas las cosas has puesto debajo de sus pies. (Sal 8:4-6)

La raíz santa está puesta como salvación del alma del hombre en general, y toda la manifestación de ella está encaminada a mostrar el camino hacia Dios.
Pero, el hecho de que esto sea así, no significa que todo está resuelto.
Es menester pasar pro todos los caminos del error, los padecimientos de una mala representación y sus consecuencias, para luego comprender lo que ella encierra.
La raíz santa está puesta para que la humanidad tome de ella las enseñanzas que destila y alcance el camino de la promesa hacia la tierra prometida por Dios, Jerusalén de arriba, la celestial, la del nivel elevado en el espíritu del hombre.
Por eso se repite constantemente la procedencia de Abraham, para mostrar cual es la herencia que aguarda a sus hijos.
Por esto, la noticia de Milca teniendo hijos e hijas, tiene esa importancia tan trascendente, pues ella trae en sí, simbólicamente, la corriente de la raíz santa.
Después de esto proceden a mostrar una genealogía mostrando los ocho hijos de Milca, entre los cuales está Rebeca. Ella será la compañera de Isaac, su hijo, para continuar el camino de la raíz santa. Esto nos señala que todo acto de continuidad en la vida, debe hacerse tomando en cuenta que está dirigido pro la raíz santa en el orden espiritual, ya que se considera la raíz procedente de Abraham y no de Abram, la de Israel y no la de Jacob, mostrando con ello la raíz santa en el orden del espíritu. Abraham supo de Milca, que representaba el camino de Dios.
Esta era la forma de evadir la raíz de la duda representada por Caín que mató a su hermano Abel para salvarse él sólo, al eliminar la comparación de la conducta pastoril del manso Abel.
Abraham, pues, toma conocimiento de la existencia de la otra ramificación de la raíz santa.
En los capítulos siguientes: 21, 22, 23 y 24, se nos presenta la genealogía conducente a la procedencia de formación, de acuerdo con sus características, si proceden de la raíz santa o no. Pero en este nivel, no es el propósito de este estudio hacer hincapié en ese hecho y sus causas.
Aquí se hace manifiesta la descendencia de Rebeca de la raíz santa, toda vez que ella representará la oportunidad de continuidad de la promesa con la raíz santa como base, sin perder la línea genealógica con su origen divino de acuerdo con las escrituras.