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La fe contra la pasiónLa fe no es una ideología, o una religión, o un tratado social, es la respuesta a nuestras dudas de parte de Dios.
Una ideología no es una orden suprema que se tiene que imponer como remedio a los problemas presentes ya que las ideologías no tienen los elementos de experiencia suficientes como para determinar el resultado de lo que ha de desprenderse de ellas. Después de la práctica de la misma, basado en los resultados obtenidos, es que se puede determinar lo que la misma encierra.
La religión no es solamente un culto de formas litúrgicas que crean una fuerza mágica que cambia al hombre milagrosamente. No es suficiente un bautismo, una circuncisión, una adoración mística a los misterios de la vida, etc., para cambiar la naturaleza humana. Es necesario obrar con espíritu de amor y mostrar, con el ejemplo, cómo procede aquel que dice que tiene fe en Dios, que es símbolo de amor y comprensión de los unos hacia los otros.
Los tratados sociales no pueden impedir que el hombre trate de vencer todas las leyes que se desprenden de los mismos, violándolas para beneficio propio, buscando imponerse los unos a los otros por medio de esas mismas leyes que entonces sirven a los propósitos mezquinos de los que buscan interpretarlas de la manera más conveniente para sus planes.
Hay que crecer íntimamente y eliminar toda forma de brutalidad impositora de los semejantes.
La pobreza espiritual es la causa de todos los males que aquejan al hombre.
No es posible que unos vivan a expensas del dolor de los otros, así como no es lo indicado que se utilicen los principios ideales de culquier doctrina o dogma religioso, o filosofía social o mística para ocasionar males mayores aún, sembrando el odio de clases de los que no tienen lo que desean y que culpan a otros de sus propias deficiencias.
"No se debe querer lo que no se tiene, sino que se debe apreciar lo que se tiene y hacer el mejor uso posible de ello."
De esta manera los hombres deben ser "ECOS" del amor de Dios mostrando una imagen cierta y verdadera por medio de sus ejemplos de conducta inspirados por esta idea Suprema que encierra la solución de la paz universal, que sólo puede ser obtenida por medio del amor que construye y no por el odio que destruye.
Los caminos que hay que recorrer fueron trazados por los hombres de fe que anteriormente dieron sus vidas para mostrarnos la forma del amor, que no es a base de la posesión del poder, sino por medio de la entrega personal al crecimiento de la verdadera naturaleza humana.
Los derechos humanos no son los que se otorgan de acuerdo con la conveniencia de los que los aplican, sino aquellos que nacen de la comprensión de que el hombre no es un ente puramente animal.
La conciencia y el poder del lenguaje para transmitir los logros y aciertos de una generación a otras, solo son patrimonios del hombre. Como tal éste está exento de obligaciones pasionales que sobrepasen la condición fundamental del amor de los unos por los otros.
Es necesario establecer un combate interno de la fe contra la pasión, de manera que se manifieste la naturaleza humana en su forma más depurada y perfecta.
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