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El-Bet-El. La llegada a la casa de Dios:
6.- JACOB, PUES, VINO A LUZ, QUE ESTÁ EN LA TIERRA DE CANAÁN (LA CUAL ES BET-EL) ÉL Y TODO EL PUEBLO QUE ESTABA CON ÉL.-
En estos versículos vemos el proceso de la reforma del espíritu del hombre (representado aquí por Jacob) En estos pasajes vemos que éste se colocó en el nivel ideal que tenía determinado BET-EL, La casa de Dios.
De esta forma se establece que llegando a ese grado o altura espiritual, ya se esta dentro del nivel preestablecido para todos los que siguen la misma ruta.
Llegó a Be-El, Luz.
Cada nivel espiritual tiene simbólicamente un nivel bajo, y otro elevado, siendo esto la salida y entrada al mismo.
No importa la época en que se desarrollen los acontecimientos, el hombre puede habitar en el mundo actual y llegar a su Bet-El, que es su nivel más avanzado. El grado que puede alcanzar de acuerdo con sus facultades dentro de la existencia temporal que le toque vivir.
Esto no está relacionado con ninguna época en particular ya que son condiciones espirituales del hombre.
Para un hombre simple, en cualquier época, sin cultura, sin preparación espiritual, sin conciencia del alma y de los niveles del espíritu, el llegar a sentir un poco de fe aunque sea por medio de la adoración de cualquier culto o doctrina, no importa si es un amuleto, o una piedra, significa llegar al Bet-El de su condición, ya que en ese momento alcanza un estado de conciencia que le hace pensar que hay algo superior a él, que debe mejorar su aspiración ideal para llegar a alcanzarlo, y si sigue buscando, encontrará el camino más certero para logar sus aspiraciones ideales supremas.
El alcanzar una fe, por muy elemental que esta sea, es llegar a casa de Dios, al reconocimiento de las fuerzas espirituales, aun cuando sea por temor o por conveniencia.
Esto no quiere decir que esta sea "LA FE", pero sí una fe.
Como no fue la llegada de Jacob a Luz, el final de la promesa, pero asentó allí sus primeros pasos en la escala de Dios.'
Jacob es uno de los peldaños de esa escala, como lo fue Noé en su tiempo, y Abraham y los profetas en el suyo.
Es imposible saltar de Noé a Moisés, sin pasar por todo el camino de evolución y enseñanza de los grados intermedios durante estas etapas,
Estos grados son peldaños de la escala que conduce al tope de la misma donde se representa LO MESIÁNICO, como el fin a alcanzar EL HOMBRE.
Es necesario ascender uno por uno los peldaños que dividen los estados del hombre para abandonar lo animal; y llegar a lo espiritual y por último a LO HUMANO.
Esta posición ideal está representada en este estudio por Bet-El. Es allí donde Jacob tuvo la revelación de la escala que le indicó el proceso que debería efectuarse, peldaño a peldaño hasta llegar al cielo, nivel más elevado de la conciencia donde está colocado el ideal de perfección supremo, como meta próxima a manifestarse.
7.- Y EDIFICÓ ALLÍ UN ALTAR, Y LLAMÓ EL LUGAR EL-BET-EL PORQUE DIOS SE LE HABÍA MANIFESTADO ALLÍ, CUANDO IBA HUYENDO DE ESAÚ SU HERMANO.-
Así se establece el ideal vislumbrado.
Esto simboliza el momento en que se acepta la idea de Dios como la razón de la vida,
Es como la iniciación o decisión de buscar LO SUPREMO
El hombre gravita en su medio sin comprender la necesidad que tiene de encontrar su alma, allí, donde se halla el aliento de vida fundamental.
Desea encontrar una razón para vivir que lo saque de su inercia.
En estas condiciones sigue mil caminos diferentes sin encontrar la respuesta a su ansiedad.
Así, a veces, llega hasta el final de sus días sin lograr alcanzar su vocación.
Esto le hace miserable e inquieta su existencia ensayando una y otra vez nuevas rutas en las cuales no acaba de encontrar respuesta adecuada a su inquietud.
Ensaya cuanta posibilidad tiene a su alcance y que parezca brindarle alivio a su angustia, aguardando el momento soñado.
Pero cuando llega el momento de comprender o sentir la esperanza que da la fe; de ver espiritualmente la luz del entendimiento del ideal supremo de su grado, edifica su altar allí.
Establece entonces su devoción y se entrega a la búsqueda de esa meta ideal. Este es el símbolo de Bet-El casa de Dios.
Es lo que se conoce como el encuentro con Dios.
No es el producto de una circuncisión en la carne, ni un bautismo en el cuerpo, ni ningún ritual que pueda producir un cambio externo.
Es como develar algo oculto que siempre se buscó.
De repente aparece una visión consumidora a la cual hay que entregarse total y absolutamente.
Sólo se concibe que haya que quemar las alas en aquella luz abrasadora que llama y cautiva todo deseo hacia una entrega indescriptible en el momento en que las presiones del mundo pugnan por alcanzarle y sumergirle en sus corrientes devastadoras para eliminar sus influencias suplantadoras.
Ese punto de aceptación del ideal anhelado es la llegada a la casa de Dios: El-Bet-El.
El-Bet-El significa: Dios en la casa de Dios.
Aunque parezca una redundancia, esto tiene un significado especial.
Somos cuerpo de Dios y cuando Dios llega a nosotros, Dios está en la casa de Dios
La palabra Dios la podemos interpretar como ideal a seguir.
De esta manera hay una variedad infinita de ideales, que son los que simbólicamente persigue la Biblia, llamándolos los "dioses de las naciones de la tierra".
Toda ideología que sólo persigue el mejoramiento de las condiciones del cuerpo materialmente, es considerada como un falso dios, porque a esto se entrega la vocación y disciplina del espíritu, cometiéndose, parabólicamente, una idolatría.
Por eso El-Bet-El es un ideal con relación al mejoramiento del espíritu, que es la corriente hacia la perfección, siendo un paso en la casa de Dios, no en la casa del hombre.
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