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"Esta es una interpretación simbólica del libro del       "Génesis" 
Con ello no pretendemos crear discusiones. Solo buscamos mostrar el mensaje encerrado detrás de la letra en las escrituras, vista desde un punto de vista espiritual y simbólico...

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CARTA ABIERTA A LOS JUDÍOS.

  • CAPÍTULO I

    • Comenzaremos por decir: El ser judío, no es el pertenecer a un grupo de hombres que se distingan de los demás por su apariencia o por su procedencia genética, o por ser más o menos inteligentes que los demás, o por tener la desgracia de ser perseguidos constantemente buscando su desaparición, o por tener unas prácticas religiosas diferentes a las de las demás naciones.
    • Tal vez los mismos judíos no tienen una noción clara de la verdadera razón de su existencia, que no es de condición voluntaria, ni propia, ya que nadie escoge dónde nacer, ni bajo qué condiciones se manifiesta la existencia de cada ser humano.
    • Sólo la fuerza que mueve el Universo, "Dios", haciendo que todo siga unos patrones específicos, que no tienen otra forma de ser, mas que la que dicta sus leyes naturales, que todo lo gobierna, es capaz de establecer el por qué de cada cosa.
    • Pero, dada la posibilidad que tiene el hombre de hacerse más consciente de los fenómenos que rodean su existencia, éste está capacitado para apartarse, "visionariamente", de su individualidad, para analizar el medio en que se manifiesta, donde puede reconocer que él, sólo es el producto de valores que responden a un orden, "que no ha seleccionado voluntariamente."

    CAPÍTULO II

    • Al nacer, toda criatura se encuentra con un medio desconocido, que es lo que le ha de trazar las características que han de regir su existencia.
    • El idioma, la raza, las creencias, las condiciones sociales, son fuerzas ambientales que van a tomar posesión de la criatura, en la forma que ésta sÓlo conoce como la vida.
    • Por ello, esta criatura se verá compelida a obrar de acuerdo con todas estas circunstancias que encuentra en su nacimiento y que han de sujetarle a las condiciones que el medio le presenta, produciéndole cambios, o, ¡¡¡(y aquí está la clave)!!! "Cambiando" el medio, a través de los aportes que la misma le presenta a éste influenciándolo en la medida de sus posibilidades.
    • Es aquí donde entra en juego el pueblo hebreo, del cual se derivan los hijos de Israel, de los cuales los judíos proceden, y que, a continuación, pasaremos a analizar con más detenimiento.

    • Cada característica de conducta, tendrá un medio que es donde se ha de desarrollar, favorablemente, o contrariamente al mismo, creando un patrón o cuerpo espiritual, que crecerá o disminuirá, en la medida en que hayan instrumentos o criaturas capaces de practicar, o de repudiar, esta forma de proceder.
    • Partiendo de la base de que Dios existe, y de que Él es el Creador Supremo de todas las cosas, y analizando los atributos que distinguen ese concepto, podemos señalar su naturaleza como la máxima representación de la perfección Absoluta, de la cual parten todas las causas originarias de lo creado.
    • En la medida en que analizamos esta condición, vemos Su presencia magnificarse.
    • Esto ocurre de tal manera, que trasciende toda imaginación humana; y, al igual que, así, como la capacidad del conocimiento pleno de este concepto, que el hombre llama Dios, se hace inalcanzable, en esa misma medida, la percepción de Éste se hace cada vez mayor.
    • Esto nos permite señalar un punto de perfección donde todo alcanza su máxima expresión, siendo este estado, lo que conocemos como Dios.

    • Antes de continuar este ensayo, es menester señalar, que, cada conocimiento nuevo que el hombre alcanza a concebir, siempre entra en posesión del mismo, por medio de un hombre, seleccionado por esas fuerzas armónicas que rigen el Universo, (Dios) para ser, posteriormente, retransmitido a la humanidad.
    • Así, podemos entender, que los descubrimientos, no son concebidos colectivamente, sino que, primeramente, un hombre, recibe este contacto, que podemos llamar "visionario", y lo retransmite a los demás.
    • Esto, ejecuta los cambios pertinentes dentro del medio en que el hombre habita, y que ha de tomar fuerza, de acuerdo con la veracidad y la certeza que, dicho descubrimiento o visión, ejerza sobre el medio.
    • De igual forma que los descubrimientos físicos son captados por las visiones de los que buscan por esos caminos el conocimiento de las leyes naturales del Poder ABSOLUTO, que identificamos como Dios, la naturaleza, o como quiera llamársele a dichos poderes; hay hombres que analizan y experimentan, a través de los caminos relacionados con la condición humana en su manifestación pensante, que podríamos llamar espiritual.
    • Y estos hombres, al igual que los otros, tienen sus visiones, que, de la misma manera que los otros, deberán retransmitirlas, éstos también tienen que luchar hasta lograr imponer dichas visiones, haciéndolas "visibles" a los demás.
    • De estos hombres, es que se nutre el espíritu humano para crecer hacia el estado de perfección que las leyes naturales reclaman de todo lo creado.

    • Y volvemos al tema de los judíos, después de haber intentado presentar la condición humana como poseedora de dos condiciones "naturales": la corporal, y la espiritual.
    • De la corporal, no hablaremos, porque de ello se encarga la historia. De la espiritual, podemos decir que se encarga Dios, en la forma en que hemos intentado describirlo como Poder Absoluto y Supremo.

    • De los resultados de los intentos ideales que el hombre experimenta, es que se obtiene la verdadera conciencia de sus prédicas filosóficas.
    • Entonces cabe decir que de todos los intentos espirituales que hemos visto a través de los siglos, sólo uno ha logrado cambiar la condición esencial del hombre, cambiando lo animal, de naturaleza pasional, temerosa y combatiente, por un sentimiento humano, de, inclinación confiada, pacífica, racional y que sigue marchando, cada vez, evolutivamente, hacia mejores condiciones.
    • Estos intentos los hemos visto manifestarse, ampliamente, en los patriarcas hebreos, de los cuales, por medio de una fe sin igual, "envisionada" a través de los siglos, en un espíritu común, y con una idea monolítica, asociada con el concepto de Unidad, basado en la idea de un solo Dios para todos, produjo las escrituras bíblicas.
    • Estas escrituras, han rebasado todos los tropiezos y todas las dificultades que hayan podido existir en los medios en que se han mantenido vigentes, señalando al pueblo hebreo como expresión de esa idea señalada como la forma de cambiar la condición humana.

    • Pero, cuando dicha idea quedo plenamente representada en los hombres selectos que concibieron el espíritu encerrado en la misma, se hizo necesario, que, dicha idea, o espíritu, tomara cuerpo plenamente en los que manifestarían los resultados benéficos o nocivos de la misma.
    • De esta forma, estas manifestaciones, se retransmitirían a todos los otros cuerpos, que estarían siendo representados, a su vez, por sus medios correspondientes.
    • NOTA: Cuando hablamos de cuerpos, no nos referimos a la forma individual que cada hombre sustenta, sino a los medios, así como a las sociedades que obran movidas por un común denominador espiritual.
    • Hecha la aclaración, podemos decir que el pueblo judío fue señalado para ser el "cuerpo" ejemplarizador de ese principio, que debía ser retransmitido a los demás cuerpos, para lograr el cambio del medio: de naturaleza animal, pasional, a condición humana, sentimental.

  • Es ahí, donde verdaderamente entra en juego el concepto Israel, que surgió de la lucha de Jacob, Patriarca Hebreo, con "un varón", venciéndolo, siendo llamado, por esto, Israel, que significa: "El que lucha con Dios", y que podemos comprobar en la Biblia, leyendo el libro de Génesis: capítulo 32 versículos 22 al 28, y que fue luego confirmado en el mismo libro de Génesis capítulo 35 versículo 10.
  • Este concepto, que, repetimos, nació de las escrituras, con el decursar de la historia, dio origen al pueblo judío, como hoy se conoce generalmente.
  • Este concepto tiene una connotación, que excede los límites individuales de naturaleza genética, ya que no se transmite por medio del cuerpo a través del coito, físico o material de cada hombre en contacto con una mujer, sino por medio del espíritu, que señala esa condición específica de "humanidad", acorde con los principios establecidos por la idea del Dios de Israel.
  • Israel, realmente, no es el nombre propio de uno de aquellos personajes de dicha historia, sino que es un apelativo que se le otorgó al hecho que lo caracterizó.
  • Israel significa el que lucha con Dios. Se instituyó como tal, dada la pelea de Jacob, el patriarca hebreo, con "un varón", término ambiguo que la Biblia empleó para designar a aquello a lo que se enfrentó el patriarca, de lo cual, después de haberlo "sujetado", se le llamó Israel, porque, el hombre pudo ver a Dios "cara a cara" en Peniel. (Ver Gen 32:22-32).
    • Una vez hecha la aclaración pertinente, pasemos a analizar, qué ha ocurrido con el concepto Israel, y en que se diferencia del pueblo judío, en la forma que hoy se conoce.
    • Si bien es cierto que el judío proviene de esta idea, no la representa en toda su capacidad, ya que el mero hecho de haber nacido dentro de las tradiciones y derivaciones genéticas de uno de los doce hijos del patriarca hebreo, llamado Jacob, no le hace merecedor a ser llamado "Hijo de Israel".
    • Primeramente tiene que luchar contra aquel "varón", al cual se enfrentó Jacob, venciéndolo, y por lo cual obtuvo dicho apelativo, que lo identifica como perteneciente al ejército de Israel.
    • Este ejercito, de los llamados príncipes de Israel, está señalado para conquistar la tierra prometida; otro concepto que pasaremos a estudiar a continuación y que abre las fronteras del hombre hasta su manifestación ultérrima.
    • Para ser partícipe de la condición "Israel", primeramente tiene que hacerse merecedor de dicho título o apelativo, y para ello, antes tiene que vencer al "varón" que se halla dentro de sí mismo, dominándolo, hasta que le bendiga, declarándolo nacido de ese propósito personal.
    • De esta forma vemos que muchos son los judíos que logran alcanzar el ser llamados: "hijos de Israel", dada la continencia y la lucha que ejercen contra sus pasiones, logrando dominarlas y entregándose a la conquista de la verdadera tierra prometida por Dios en el espíritu humano. Pero en cambio hay muchos que desdicen de su ancestro y pierden la primogenitura cambiándola por el típio Guiso rojo que el mundo ofrece.
    • Esta tierra prometida, no es más que: la altura espiritual que coloca al hombre en posición de ver la tierra material, de otra manera; diferente a la que le muestran sus sentidos limitados y finitos, recibiendo "visiones" de grados más elevados, como compete a la naturaleza del hombre, que deberá llegar a ser, a imagen y semejanza de Dios
    • Todo aquel que logra dominar su naturaleza pasional, y se entrega al orden de perfección que establece la idea del Dios de Israel, será llamado: Hijo de Israel, "aunque no sea judío", pues su pertenencia, se establece por medio del espíritu, y no por la carne.
    • Y por otra parte, si un judío, no sigue las prácticas que el Dios de Israel, señala, éste no podrá ser llamado, hijo de Israel, pues no ha nacido de este concepto, que en definitiva es lo que le da la herencia que este concepto señala, aunque éste se auto-titule hijo de Israel, ya que su pertenencia se efectúa por medio de la carne, y no por el espíritu.

  • En resumen, todo hombre, seguidor de la fe de Abraham, Isaac y Jacob, partiendo de la existencia del Dios altísimo, autor de todo lo creado y lo por crear cuya fe exige el amor entre todos los hombres, es merecedor de ser llamado: "HIJO DE ISRAEL" en el orden espiritual. No importa su raza, color, origen, credo, etc. siempre y cuando venza al "varón" egoísta que lucha con él, y vea a Dios cara a cara, con los ojos de su conciencia redimida, éste será, verdaderamente, un hijo de "ISRAEL"
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