Calviño nació en Noyon el 10 de julio de
1509. Recibió enseñanza formal para el sacerdocio en el Collège
de la Marche y en el Collège de Montaigue, dependientes de la
Universidad de París. Alentado por su padre a dedicarse al
Derecho en lugar de a la Teología, Calviño
ingresó también en las universidades de Orléans y Bourgues.
Junto a varios amigos empezó a interesarse por los movimientos
humanístico y reformista, y emprendió estudios sobre la Biblia
griega.
En 1532 publicó un comentario sobre el De Clementia de Séneca,
poniendo de manifiesto su preparación como erudito humanista. Su
asociación con Cop, que acababa de ser elegido rector de la
Universidad de París, obligó a ambos a huir cuando Cop anunció
su apoyo en 1535 a Martin
Lutero. Aunque pocas veces se refirió a este tema, Calvino
estuvo sometido a una experiencia religiosa personal más o menos
por esta época.
Durante los dos años siguientes Calvino viajó
con frecuencia, evitando las autoridades eclesiásticas mientras
estudiaba, escribía y disertaba a partir de la Biblia y la
tradición cristiana los principios básicos de su teología. En
1536 publicó la primera edición de su Christianae Religionis
Institutio, un conciso y provocativo trabajo que le situó en la
vanguardia del protestantismo como pensador y predicador. Durante
el mismo año Calvino visitó Ginebra camino de Estrasburgo y fue
invitado por Guillaume Farel a participar en el movimiento
reformista de la ciudad.
Calvino permaneció en Ginebra con Farel hasta
1538, cuando la ciudad votó contra Farel y los dos fueron
invitados a marcharse. Calvino concluyó su
interrumpido viaje a Estrasburgo y participó en la vida
religiosa de esa comunidad hasta septiembre de 1541. Durante su
estancia en Estrasburgo, Calvino se casó con
Idelette de Bure, que era viuda. El matrimonio tuvo un hijo, que
murió en la infancia. En Estrasburgo Calvino
publicó además el primero de sus numerosos comentarios sobre
los libros de la Biblia.
En 1541 los ginebrinos convencieron a Calvino
para que regresara y les dirigiera de nuevo en la reforma de la
Iglesia. Permaneció en esa ciudad el resto de su vida, excepto
los breves viajes en defensa de la reforma de la Iglesia. Su
esposa murió en 1549, y no se volvió a casar. Aunque recibió
casa y salario del Gobierno, no tuvo cargo oficial y no se hizo
ciudadano de Ginebra hasta 1559. Hasta la derrota de la familia
Perrin en 1555 hubo una importante oposición al liderazgo de Calvino
en la ciudad.
Calvino redactó el borrador de las nuevas
ordenanzas que el Gobierno modificaría y adaptaría como
constitución de Ginebra, regulando a la vez temas sagrados y
profanos. Calvino apoyó también el
establecimiento de un sistema de escuelas municipales para todos
los niños, con una academia en Ginebra como centro de formación
para los estudiantes más adelantados. En 1559 inauguró la
academia, con Theodore Beza como rector, que muy pronto se
convertiría en una verdadera universidad.
Mientras Calvino estuvo al servicio de Ginebra,
la ciudad se vio amenazada con frecuencia por los ejércitos católicos
a las órdenes de Emanuel Philibert, duque de Saboya, y de otros
jefes. En realidad la ciudad era una fortaleza amurallada y recibía
alguna ayuda de las granjas de los alrededores y de los aliados
próximos. Por este motivo, la amenaza de conquista contribuyó a
que la vida fuese muy severa en Ginebra y a su necesidad de
comercio. Los cristianos disidentes eran expulsados a menudo de
la ciudad, y se llegó a ejecutar a un individuo por hereje.
Hombre de su tiempo, Calvino aprobó la condena
a la hoguera de Miguel Servet (aunque él recomendara la
decapitación) cuando el científico católico y unitario fue
capturado en la ciudad. Además de sus convicciones religiosas,
el factor determinante en la ejecución de Servet fueron sus
estudios sobre la circulación de la sangre de los hombres, teorías
que Calvino reprobaba.
Calvino se propuso mejorar la vida de los
habitantes de la ciudad de muchas formas. Defendió la creación
de hospitales, alcantarillado, barandillas protectoras en los
pisos altos para evitar que los niños se cayeran, atención
especial para los pobres y los enfermos y la introducción de
nuevas industrias. Promocionó el uso del francés en las
iglesias, y contribuyó de forma muy personal a su formación
como lengua moderna con sus escritos en lengua vernácula.
Sin embargo los escritos de Calvino han
resultado ser su contribución más duradera a su Iglesia.
Compuso himnos y animó a otros a hacerlo. El famoso salterio
ginebrino, compuesto en su mayor parte por su colega Louis
Bourgeois, se convirtió en el modelo de muchos himnos
protestantes. Compuso un influyente catecismo, cientos de cartas
a compañeros reformistas, y comentarios sobre casi todos los
libros de la Biblia. Se recopilaron además sus escritos y
sermones.
Calvino nunca gozó de buena salud; sufría asma
crónica y catarro. Estuvo muy delicado a causa del violento
ataque de fiebre cuartana en 1558. Murió el 27 de mayo de 1564 y
fue enterrado en una sepultura anónima en Ginebra.