Aborto y eutanasia: El Papa pide luchar contra las muertes silenciosas
(CAMINEO.INFO)- El Papa Benedicto XVI anuncia El respeto del derecho a la vida en todas sus fases y establece un punto firme de importancia decisiva: "La vida es un don que el sujeto no tiene a su entera disposición". Benedicto XVI pidió el pasado martes, 12 de diciembre, luchar contra el aborto, la experimentación con embriones y la eutanasia, así como las muertes silenciosas que atentan contra la paz.
Con motivo de la Jornada Mundial de la Paz que se celebrará el próximo 1 de enero de 2007 y bajo el lema "La persona humana, corazón de la paz", el Papa denunciará "el estrago que se hace con ella (la vida) en nuestra sociedad".
El Papa Benedicto XVI anuncia El respeto del derecho a la vida en todas sus fases y establece un punto firme de importancia decisiva: “La vida es un don que el sujeto no tiene a su entera disposición”. Benedicto XVI pidió el pasado martes, 12 de diciembre, luchar contra el aborto, la experimentación con embriones y la eutanasia, así como las muertes silenciosas que atentan contra la paz.
Con motivo de la Jornada Mundial de la Paz que se celebrará el próximo 1 de enero de 2007 y bajo el lema “La persona humana, corazón de la paz”, el Papa denunciará “el estrago que se hace con ella (la vida) en nuestra sociedad”.
El Pontífice inició el mensaje ofreciendo sus deseos de paz a todos aquellos que padecen dolor y sufrimiento, a los que viven bajo la amenaza de la violencia y la fuerza de las armas, y también a los niños.
Benedicto XVI dijo dirigiéndose a los niños, “que ellos con su inocencia, enriquecen de bondad y esperanza a la humanidad y con su dolor, nos impulsan a todos a trabajar por la justicia y la paz”.
“Además de las víctimas de los conflictos armados, del terrosismo y de diversas formas de violencia, hay muertes silenciosas provocadas por el hambre, el aborto, la experimentación sobre los embriones y la eutanasia. ¿Cómo no ver en todo esto un atentado a la paz?”.
“El aborto y la experimentación sobre los embriones son una negación directa de la actitud de acogida del otro, indispensable para establecer relaciones de paz duraderas”.
“El deber de respetar la dignidad de cada ser humano, en el cual se refleja la imagen del Creador, comporta como consecuencia que no se puede disponer libremente de la persona”.
“Deseo, hacer un llamamiento apremiante al Pueblo de Dios, para que todo cristiano se sienta comprometido a ser un trabajador incansable a favor de la paz y un valiente defensor de la dignidad de la persona humana y de sus derechos
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