Alianza fraternal
Es necesario estar conscientes de que todos procedemos de la misma fuente, llámesele Dios, Jehová, Brahma, Alah, Cristo, o cualquier otro nombre por el que se le reconozca.
Esto quiere decir que la forma en que queremos llamarlo, o las alabanzas que queramos hacerle, así como los ritos u ofrendas que le hacemos pueden ser diferentes para cada uno de nosotros, pero en lo que no hay diferencia es en lo que esa fuente espera de nosotros y lo que debemos hacer para cumplir el propósito que parte de la fuente suprema.
Todas las ideologías y religiones al respecto están de acuerdo en que la base fundamental señala el amor como única opción aceptable dentro de los predios divinos y que la fraternidad y el amor hacia todo lo creado son la resultante de dicho amor.
Por ello, es necesario estar conscientes de que sólo por medio de una alianza fraternal de amor entre los hombres, se puede alcanzar el grado de máxima posibilidad.
Si otros llaman al mismo Dios por otro nombre, cualquiera que sea al nacer, para tener ese contacto supremo con lo divino, es necesario estar conscientes que no podemos repudiar a otros por su manera de adorar a su Dios, ni imponerle la nuestra. Lo que sí es necesario es estar conscientes de que la forma en que seguimos lo que ese Ser Supremo señala como lo perfecto para ser reconocidos como hijos del altísimo, es mostrando el amor que se desprende de nuestras acciones.
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